Quizá los lectores de El Periódico Extremadura se recreen más hoy en

las fotos -¡hay tantas para ver y recordar!- que en los textos que las arropan. La fotografía como testigo de un tiempo; las noticias, como la crónica de una época. Por unas y otras vemos pasar la historia de una ciudad, de una provincia, de una región, que el diario decano de Extremadura ha censado en sus páginas desde el 1 de abril de 1923.

En este 95 aniversario

recordamos las sedes que hubimos

(La Generala, La Madrila, Camino Llano, Doctor Marañón), los días

y las noches, las noticias para enmarcar y otras que, no por tan importantes, eran ávidamente leídas por los lectores. Y, sobre todo, recordamos a los hombres y

mujeres que lo hicieron posible;

a los que ya nos dejaron y a los que siguen; a los jubilados y a quienes

aún permanecen al pie del cañón.

Ni uno más importante que otro. Todos necesarios; nadie imprescindible. Y aquí estamos porque antes estuvieron ellos.

Hay aquí -lo hubo en el extra

del 90 aniversario-- gente que recuerda que no podía vivir sin él. No pasaban ni un día sin leer nuestro periódico. No podían, como hoy no pueden, pasar sin el móvil, o las nuevas tecnologías. Chicos, entonces, que, como recordare el alcalde Saponi, bajare corriendo las escaleras, junto a su hermano, para subirle el periódico que le llevare a casa el repartidor y entregárselo al padre que lo esperare. Me emocionare cuando contaba esto... Quizá yo fuere más lejos aún: iba a casa del cartero

---principios de los sesenta-- cuando él ordenaba el correo para su reparto. No podía esperar más. Eran las once de la mañana y, en un pueblo condenado a desaparecer, sin luz, tan solo con radio a pilas, no hubiere otro medio de lectura más que los dos periódicos que llegaren a casa, que leyere de arriba a abajo, de adelante hacia atrás. Periodista antes que bachiller, dejaba de jugar para seguir por la radio una noticia que no podía esperar al periódico. La inmediatez de la noticia, el seguimiento de la noticia al minuto. ¡Cuánto aprendí con la lectura de los dos periódicos que más tarde fueron mi casa...!

Han pasado muchas noticias y subsisten muchas fotos para el recuerdo y la historia. Viví, en los empieces, el 50 aniversario (1973), el 60 (1983), el 70 (1993), que elaboré con el coordinador de este número, Juan José Ventura; y participé en el del 75 (junio del 98) y en el del 90; y ahora, en el del 95. En 1998, preguntaba a un compañero: ¿veremos el centésimo aniversario? Ya falta menos. Faltaremos, como otros, aunque nuestra foto sobreviva al tiempo, a los días y a las noticias de toda una época, que ahora recordamos. k