Separar el trigo de la paja; romper la monotonía del trabajo diario para aislarse en la investigación; hilvanar ilusión y desencanto; plantear cada día ajustes de cuentas con la actualidad; desentrañar mil sospechosas ruedas de prensa; señalizar claramente las autopistas de la información y la opinión; pasar de dar pena a imponer respeto; dirigirse al lector en cada línea; servirle de guía por los vericuetos de la actualidad y no fallarle nunca; superar cantidad de calvarios...
Nuestro periódico no
tuvo nunca una vida fácil. De las complicaciones para superar censuras de los poderes fácticos y situaciones de quiebra técnica, pasamos en democracia, a una desigual lucha competencial en nuestra implantación regional.
Pero aquí estamos.
Cumpliendo con los lectores en nuestra cita diaria. Queriendo decirle a la sociedad que, a pesar de las redes y otras nuevas formas de comunicación, es posible, cada mañana, en papel, tomar el pulso a la verdad de la vida desde el noble trabajo de un destacado grupo de profesionales del periodismo.
Fuimos el primer periódico extremeño en informatizar sus sistemas y ofrecer una sola edición para Cáceres y Badajoz. El primero en incorporar el color a sus páginas. Y nos sentimos orgullosos, todos los que hemos trabajado en él, por pertenecer a la plantilla del Decano de la región.
Y dentro de cinco cumpliremos 100 años. ¿Hay quien de más? k