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etrotraernos una centuria atrás, y repasar casi un siglo de historia de nuestra comunidad autónoma, es hablar del alumbramiento de uno de los proyectos por los que más ha luchado la sociedad extremeña: la puesta en marcha de la Universidad de Extremadura.

Su creación, en el año 1973, fue vivida CON

gran entusiasmo por todos los agentes sociales que contribuyeron, sin dudarlo, a su construcción. Está claro que para su impulso fue fundamental el apoyo recibido por instituciones tanto políticas como sociales: asociaciones culturales, colegios profesionales, diputaciones… Todos convirtieron a la Universidad de Extremadura en una meta, una ilusión común por la que trabajar. Muchos fueron los que alzaron su voz y apostaron por uno de los proyectos que, junto con la salud y las infraestructuras, ha supuesto uno de los pilares fundamentales sobre los que descansa el bienestar de los ciudadanos, tanto presente como futuro.

Como es lógico pensar, de estas GANAS

y de esta reivindicación por crear este proyecto conjunto que hoy es la UEx, se hicieron eco los principales diarios y demás medios de comunicación de la época. Como valiosos instrumentos para la consecución de una ciudadanía más crítica y participativa a través de la independencia, la credibilidad, la honestidad y la transparencia, los también conocidos como media fueron partícipes de una transformación que llega hasta nuestros días, y de la que gracias a su incesante labor han ido dejando un fiel testimonio del proceso de construcción. Y es que convertir esta meta en realidad suponía, a todas luces, un paso importante para lograr dibujar un escenario democrático basado en la libertad y la igualdad de oportunidades para una región como la nuestra.

Sin ánimo de convertir estas páginas en un repaso cronológico, ni un panegírico de los avances de nuestra universidad, ya que la contribución de la UEx en estos 45 años de andadura es un hecho que queda fuera de toda duda, lo que sí es justo reseñar es su papel social. La Universidad de Extremadura lejos de cumplir una mera misión enciclopédica basada en la tradicional educación magistral, se ha perfilado y posicionado, en este tiempo, como uno de los principales motores del desarrollo económico y social de Extremadura.

Es justo recordar a los lectores QUE

la UEx siempre ha vivido de frente a las necesidades de los extremeños. Desde su nacimiento, la Universidad de Extremadura se ha caracterizado por dar respuesta a los problemas y circunstancias sociales a través de las actividades que le son propias: buscar y transmitir la verdad, contribuir a la formación de los estudiantes, promover la investigación y la transferencia de ese conocimiento al tejido social y productivo así como elaborar una extensa oferta cultural. Todo ello con una clara finalidad de servicio público.

De este cambio, modernización

socio-económica y de esta transformación de nuestra institución docente, pareja al cambio de paradigma social, ha sido testigo El Periódico Extremadura. Este diario ha acompañado a la UEx en las diferentes etapas de su vida. Siendo el rotativo más antiguo de Extremadura ha retratado fielmente la realidad universitaria, ha sido cómplice siempre desde la objetividad que exige comunicar y compañero de viaje.

Los hallazgos científicos, LA ACTIVIDAD

docente, la vida de los estudiantes, y todo lo que se desarrolla en la universidad está en íntima conexión con la sociedad y así ha sido recogido siempre en sus páginas por este periódico. Al fin y al cabo, lo que se vive en los campus, en los laboratorios, o en las aulas, forma parte del capital intelectual extremeño y debe estar presente en la esfera mediática.

Fiel a todo ello se ha mantenido

siempre El Periódico Extremadura, que ha dado un tratamiento informativo a todos estos asuntos que tanto nos preocupan con el máximo rigor y objetividad. Y todo sin olvidar que la UEx no es sólo una institución, sino una creación de todos los ciudadanos extremeños, fiel reflejo de sus inquietudes y de sus deseos.

Con todo, hemos de destacar que LA

relación entre la Universidad de Extremadura y el Periódico es un claro ejemplo de la necesaria sinergia que debe existir entre mundos a priori dispares, pero que convergen en intereses comunes muy similares. No debemos perder de vista que vivimos en un contexto de sobreabundancia informativa. Precisamente por eso, altavoces como éste se perfilan como indispensables para extraer lo útil, analizar los logros y valorar también los retos a los que debemos enfrentarnos todos.

La producción mediática tiene, HOY EN

día, esa función analista que instituciones, como en este caso las universitarias, debemos saber aprovechar. Decía el conocido divulgador Manuel Toharia que la Universidad debiera ser una especie de adalid a la hora de enseñar a los ciudadanos, y especialmente a los que no pasan por sus aulas, acerca de los incesantes progresos del saber humano. Y hacerlo sería casi impensable si no es de la mano de instrumentos integradores como éste que ahora celebra su onomástica. k