Hablar de regadío en el medio rural es hablar de desarrollo económico y de empleo. El regadío es un elemento esencial de la agricultura extremeña y de la industria alimentaria que contribuye a fijar la población al requerir una elevada cantidad de mano de obra y contribuir al desarrollo de otros sectores dependientes de la agricultura.

La política de colonización y desarrollo rural de las últimas décadas ha apostado por la puesta en riego de zonas de interés general como instrumento esencial para el desarrollo rural en nuestro país. La evolución de las zonas regables oficiales ha sido distinta dependiendo de diversos factores como el porcentaje de tierras reservadas, el tamaño de las parcelas de colonos o la orientación productiva de la zona regable y su relación con la industria agroalimentaria. En todo caso, nos encontramos actualmente con problemas estructurales en algunas zonas regables ligados al tamaño de las parcelas y a la falta de movilidad de la tierra en las explotaciones agrarias.

Es objetivo de la Administración autonómica apoyar a la mejora de los problemas estructurales de los regadíos buscando el desarrollo de explotaciones agrarias económicamente viables en el marco actual de la agricultura extremeña.

Una de las herramientas para ello es facilitar el intercambio de información existente en cuanto a la disponibilidad y condiciones de las parcelas en las zonas regables oficiales. Por ello, facilitará, especialmente, la instalación de jóvenes agricultores y la consolidación o implantación de iniciativas empresariales viables y de ahí, el lanzamiento del proyecto piloto de la Bolsa de Tierras de Regadíos de Extremadura dirigido a dinamizar el campo extremeño con la finalidad de fomentar el uso y aprovechamiento de fincas con vocación agraria.