Almendralejo es una de esas ciudades que pretende agarrar con fuerza la fiesta de la chaquetía para que esta no caiga en el olvido. La tradicional merienda de los días 1 y 2 de noviembre, con frutos del tiempo como las nueces, higos, bellotas, granadas, pero sobre todo, las castañas, cada vez se viene realizando menos y estas costumbres resultan cada vez más raras para las nuevas generaciones. Aunque todavía pervive, antes era mucho más mayoritaria la presencia de familias y grupos de amigos en las zonas de San Marcos y por barriadas para celebrar esta festividad.

Por eso, desde el pasado año, el colegio Antonio Machado puso en marcha el tradicional desfile de castañeros y castañeras. Se trata de un pasacalles de sus alumnos ataviados con trajes de castañeros para rememorar esta fiesta y que las nuevas generaciones la sigan manteniendo viva. En esta ocasión, ayer les tocó salir a los alumnos de educación infantil, unos 150 niños que desfilaron por calles céntricas y degustaron nueces y castañas en el parque de Espronceda ante la presencia de vecinos y curiosos. En el mismo centro se instaló un puesto de castañas para hacer más real esta festividad que se adelanta para los escolares. Su director, Félix Zambrano, asegura que es una de las actividades extraescolares más emotivas. H