Faltan científicos en la sociedad y todo apunta a que será una de las profesiones más demandadas del futuro. "Ya lo es. La demanda es mayor que la oferta y es necesario despertar vocaciones científicas en la juventud". Lo dice Concha García, coordinadora del proyecto de las Escuelas Municipales de Jóvenes Científicos que forma parte de la Universidad de Extremadura y de la Fundación-Sociedad. El objetivo es animar a los alumnos extremeños a que se interesen por la ciencia y tecnología, "porque la ciencia puede ser divertida", añade. Este sería un buen resumen de lo que ha sido la primera Feria de las Ciencias de Almendralejo, celebrada ayer en el conventual San Antonio.

Una muestra de 40 alumnos de centros de primaria e institutos de Almendralejo exhibieron 25 experimentos que desprenden talento, creatividad e imaginación. Son chicos de entre 10 y 14 años con un desarrollado espíritu científico que han conseguido crear elementos como coches eléctricos, demostraciones de densidad, proyectos para conocer las reacciones químicas, un mosquito-robot que vibra con un motor o un experimento botánico que mide el crecimiento de las plantas en diferentes sustratos. Concha, que además es profesora, asegura que "veo que no tienen límites. Hay un chico que ha desarrollado una farola que cuando anochece se enciende y cuando se hace de día, se apaga. Plantearse eso, con 12 años, y ser capaz de elaborar un circuito es brutal", relata con entusiasmo.

EN 16 PUEBLOS Las escuelas de científicos de Almendralejo y comarca operan en 16 localidades, hasta donde se desplazan profesores para atender a los diferentes grupos. Hay apuntados 250 niños, todos con un toque de talento. Incluso hay un grupo avanzado en programación que han diseñado sistemas en matemáticas, marcas de coche o historias. "Suelen ser aquellos más interesados y cualificados".

De entre todos los experimentos exhibidos como proyecto de final de curso habrá un ganador que represente a la ciudad en la final regional, en septiembre.