«Vivir con fibromialgia y fatiga crónica «es extremadamente difícil. El hecho de que el dolor físico y emocional no sea visible para los demás, lo complican más». Así de franca se expresa Petri Álvarez, presidenta de Afibroal, la Asociación de Fibromialgia y Fatiga Crónica de Almendralejo y comarca. Ella, que también la padece, encabeza un colectivo que lleva doce años luchando por una mejor calidad de vida para estos enfermos. Ya hay más de medio centenar de asociados, «pero sabemos que en Almendralejo hay más casos de gente que la sufre, aunque sabemos que muchos son reacios a dar ese primer paso para pertenecer a un colectivo así».

Los integrantes de esta asociación están de enhorabuena. Después de más de una década han visto cumplido el sueño de cambiar de sede. Acaban de instalarse en el número 50 de la avenida San Antonio, en un local con más espacios y accesible que el anterior de la calle Monsalud. De hecho, tiene un salón muy amplio de entrada y varios despachos destinados a las terapias grupales, los tratamientos de fisioterapia y para la administración. También cuentan con un almacén y una pequeña cocina.

Amigos, familiares y asociados estuvieron presentes en la inauguración de la nueva sede con la presencia del alcalde José García Lobato. Allí, en un discurso muy emotivo, Petri Álvarez recalcó que «sabemos que hay mucha investigación al respecto, pero el dolor continúa. El estrés, la ansiedad, la depresión y el dolor crónico nos llenan de dificultades. Por eso seguimos con la asociación, para buscar más calidad de vida con las terapias que aquí se realizan».

Los asociados se reúnen para hacer terapias grupales de lunes a jueves, entre las 18.30 y ocho de la tarde. Además, una terapeuta se encarga de otro tratamiento específico, mientras que hay clases de manualidades o fisioterapia. «Las terapias nos ayudan mucho porque nos unimos y se nos hace más llevadero todo».

Síntomas/ A la fibromialgia la llaman la enfermedad invisible y, normalmente, puede encerrar otras enfermedades o trastornos derivados. Aunque aparentemente son personas que parecen que no están sufriendo, por dentro pueden llevar consigo un dolor casi insoportable, por eso normalmente se genera mucha incompresión por la realidad que viven y es crucial encontrar apoyos para seguir adelante.

Entre los síntomas que padece un enfermo de fibromialgia se encuentra un cansancio severo o rigidez muscular, especialmente nada más levantarse de la cama; alteraciones del sueño, pérdida de memoria y dificultad para concentrarse, dolores de cabeza, ansiedad o una tristeza generalizada por la incapacidad de llevar una vida normal.

Contra todo esto quieren combatir en Afibroal. «Los enfermos hemos aprendido los mecanismos para adaptarnos a nuestras vidas y utilizamos nuestra energía limitadas para dar normalidad. Aunque el dolor sigue, luchamos cada día para tener independencia y capacidad para nuestros trabajos», destaca Petri Álvarez, que no cejará en su empeño hasta conseguirlo.