El alcalde de Almendralejo, José María Ramírez, anuncia en declaraciones a la agencia Efe que se va a reunir con responsables de las fuerzas de seguridad para tomar medidas y evitar nuevos casos de prostitución de menores en los urinarios públicos del parque de la Piedad.Ramírez, como hoy informa El Periódico Extremadura, aseguró ayer que desde hace varios años inmigrantes rumanos menores de edad se prostituyen en los servicios públicos del parque de la piedad, según le han hecho saber albañiles que han trabajado en la zona, guardas del parque y personal de los servicios sociales de base, cuya sede están en las proximidades de la zona.El alcalde de Almendralejo señala hoy que cuando se ha extremado la vigilancia en el parque, "no se ha logrado identificar a nadie ni coger in fraganti a ninguna persona" Insiste asimismo en que "no son casos de pederastia, sino de prostitución de jóvenes rumanos", pero recalca que "en cualquier caso, son menores, por lo que se trata de un hecho grave".Sin embargo, para el alcalde de Almendralejo, lo peor es que "las personas que utilizan los servicios de estos jóvenes son españoles, normalmente personas de bastante edad, que pagan a los rumanos para que los masturben, en un ejercicio de hipocresía".Ramírez Morán, que muestra su sorpresa por la repercusión que está teniendo la noticia en los medios de la región --"es algo que ocurre en todos los sitios y de toda la vida", dice--, asegura que "lo sabe todo el pueblo", al tiempo que añade que hasta "han salido imágenes en youtube", informa Europa Press.Madres escandalizadasHoy, una las madres que suele llevar a su hija a este lugar, María del Carmen Garrido, califica en declaraciones a Europa Press estas actuaciones como "escandalosas" y pide más vigilancia en la zona por "el bienestar" de los niños del municipio y para vivir "con más tranquilidad". Otra joven asegura que "todo el mundo" sabe lo que está ocurriendo pero que nadie lo denuncia "por miedo". En la misma línea, el guarda de esta zona verde, Juan José Almoríz, tilda de "vergonzosa" la situación que según precisa se vive "a diario y a cualquier hora" en este lugar. Este hombre lamenta que las madres tengan que presenciar las relaciones que se mantienen "en los baños públicos" y "en coches" de los clientes que aparcan en las inmediaciones del recinto. Detalla que los menores son rumanos y "cobran 20 euros por masturbación o felación y 50 por un "servicio completo", al tiempo que señala que cuando él y otros vigilantes les reprenden por su actuación, éstos acuden con más compañeros y les dicen que no se metan "en lo que hacen".