A sus 73 años, cuando la vida comienza a ponerse cuesta abajo, es cuando más está disfrutando de su pasión: la agricultura. Angel Blanco Morán ha sido "un hombre de campo de toda la vida", como el mismo se define, aunque no ha sido hasta hace unos años cuando verdaderamente ha podido dedicarse 100 por cien al oficio. Este almendralejense, agricultor de generaciones, siempre sacó tiempo para aprender el trabajo. No obstante, su profesión como administrativo de la ONCE durante más de 50 años le ha impedido dedicarse a tiempo completo. Ahora, ya jubilado, es cuando está aprovechando el tiempo perdido. Tal es su pasión que Almendralejo ha decidido reconocerle como el agricultor del año, reconocimiento que recibirá la noche del 14 de agosto, en el acto central de las fiestas patronales.

Casado con Loly Parra, padre de tres hijos (Angel, Antonio y Teresa) y con cuatro nietos (Angel, Loly, Esteban y Marcos), Angel se define como "un enamorado del campo". Rema a contracorriente de las nuevas generaciones y no le duelen prendas en reconocer que "me gustaba más el campo de antes. Había otra ilusión y se trabajaban más los detalles. Ahora se va muy ligero en todo y se hacen muchas barbaridades", advierte un hombre que sabe y mucho del tema.

Son sus hijos, Angel y Antonio, los que gestionan la uva y la aceituna de los terrenos que tiene, todos ellos en el término municipal de Almendralejo. "Ahora ellos trabajan en lo que más me apasiona y eso es un orgullo para mí", reconoce. Al protagonista le costó aceptar el homenaje: "Creo que hay gente que se lo merece antes que yo, pero claro que me hace ilusión. Estoy muy agradecido a mi tierra".

Ahora, sin ocupaciones, disfruta al máximo de cada minuto en el campo. "Antes era una exclavitud. Me tenía que escapar sábados y domingos, en fiestas o cualquier día libre. Era mi pasión y solo así lo podía aprovechar". Sobre el futuro, prefiere ser conservador y asegura que no es excesivamente partidario del regadío. El día 14 verá recompensada su trayectoria con un homenaje de su ciudad.