Comprimir un año en doce imágenes resulta casi tan complejo como resumir lo mismo en un folio. Para los almendralejenses, a grandes rasgos, ha sido un año de éxitos y reivindicaciones, aunque lógicamente, nunca llueve a gusto de todos.

El 2018 que se acaba quedará marcado por varios acontecimientos, aunque para la ciudad el ascenso del Extremadura a Segunda División ha sido un gran impulso económico, algo que ahora se está demostrando cada quince días, cuando el equipo juega en casa.

La cuesta de enero se inició con tranquilidad y dio paso a un febrero en el que el regadío empezó a ser protagonista tras la visita del ministro Cabanas y la incertidumbre (que todavía perdura) de si el Gobierno de España apostará o no por el plan de regadío en Tierra de Barros. No faltó la tradicional fiesta de las Candelas y algunas reivindicaciones laborales como las protagonizadas por los trabajadores de Leda.

En marzo, la Semana Santa almendralejense acaparó la atención junto con un accidente de tráfico que sobresaltó el corazón de todos cuando un vehículo abordó a un grupo de alumnos que venían de visitar Huerta Montero. Algún chico salvó la vida de milagro.

En abril, además de un San Marcos radiante de buen tiempo y afluencia de público, los almendralejenses pudieron ver los primeros planos de lo que será su nueva comisaría de Policía Nacional, un edificio sofisticado de tres plantas que ya ha empezado a construirse.

En mayo, la noticia del cierre del centro de día de Cruz Roja dejó heladas a muchas familias que se beneficiaban de esa ayuda que después mitigó la llegada de Mensajeros de la Paz. Los daños de la granizada en el campo y las reivindicaciones de los policías locales en el pleno del ayuntamiento también fueron noticia esos días.

En junio, Almendralejo volvió al fútbol profesional de la mano de un supersónico Extremadura que completó un playoff de ensueño. También se ofertaron las primeras plazas de policía local y se adjudicó la obra para construir el nuevo colegio en San Roque, el cual ya está en ejecución.

En julio se iniciarían las obras del nuevo colector de aguas residuales que acaba de ser implantado. Una obra soterrada, pero que eliminará uno de los históricos problemas que sufren los vecinos con los vertidos incontrolados en el arroyo las Picadas. También se vio salpicado julio con otro incendio en las instalaciones de Sayca, uno más en apenas año y medio que ha dado pie a investigar sobre la intencionalidad de estos fuegos.

Las fiestas de la Piedad focalizaron un mes de agosto con el llenazo en la plaza de toros con el concierto de El Barrio. En ese mismo agosto se conoció que una almendralejense, María Victoria Gil, sería condecorada con la Medalla de Extremadura gracias a su labor como docente e investigadora sobre las alergias de los alimentos en Extremadura.

En septiembre irrumpió el primer gran festival de vino y música en Almendralejo, además de una vuelta al colegio mucho más normalizada que en años anteriores.

En octubre, Almendralejo dio el paso definitivo para mostrar ante el mundo su nuevo hermanamiento con la ciudad de Ceprano, en Italia. También, durante este mes, el nombre de Almendralejo sonó al otro lado del charco, puesto que la película de animación sobre Buñuel realizada íntegramente en los estudios de la Factoría de la Innovación en Almendralejo fue premiada en un prestigioso festival de Los Ángeles y empezaba su carrera hacia los Oscar.

En noviembre, Includes vio su sueño cumplido con la apertura de la residencia Victoria. Además, los empresarios se reunieron por primera vez en un multitudinario encuentro en el Hotel Acosta, mientras Chema Lorite abarrotaba Cajalmendralejo con la presentación de su nuevo libro. En diciembre, el apoyo al cava ha sido el protagonista en una carrera de fondo que parece no tener fin.