El programa Crisol, un plan de crecimiento e inserción socio-laboral para desempleados que residen en zonas desfavorecidas y que pertenecen a colectivos en riesgo de exclusión social, está teniendo una gran acogida entre las más de cien personas que ya han decidido apuntarse en sus cursos y talleres para mejorar sus técnicas para buscar un trabajo. La sede de la asociación de vecinos de la barriada de San José acogió una convivencia de los participantes con las educadoras y trabajadoras sociales que les están formando y en la que también estuvo el alcalde José María Ramírez, acompañado de la concejal de Bienestar Social, Isabel Ballesteros.

«Hemos creado una pequeña familia Crisol y hemos creado espacios de convivencia para compartir metas, inquietudes e ilusiones», explicó Maribel Chaves, una de las educadoras sociales que da las clases junto a su compañera Carolina Santos y a la trabajadora social Eva Cabezas.

Todas ellas ayudan a estas personas que residen en la zona de San José a estar preparados para buscar un empleo. Les enseñan técnicas para comunicarse con facilidad, para hablar en público, a desarrollar un currículum, a cómo comportarse ante una entrevista de trabajo o a saber orientar bien su futuro laboral dependiendo de sus inquietudes y capacidades. Son cosas que pueden resultar muy básicas para muchos, pero no para aquellos que no han tenido la oportunidad de recibir nunca una formación y algunos, incluso, que carecen del graduado o la ESO, como detalló el alcalde.

«Estamos contentas con el programa porque hemos aprendido conocimientos y nos están impartiendo unas bases que serán vitales para nuestro futuro», decía Araceli, una de las participantes de los talleres que quiso compartir en público su experiencia.

Formación/ Además de los cursos, el programa Crisol ha ayudado a sus participantes a adquirir los conocimientos necesarios para tener una formación reglada en materia de manipulador de productos fitosanitarios y como técnico de manipulador de alimentos, ambos claves para trabajar en el sector agroalimentario.

Informar también que el ayuntamiento ha solicitado tres programas más que pueden complementar al Crisol con una formación más reglada todavía en la que sus participantes podrían cobrar parte del salario mínimo interprofesional al mismo tiempo que se están formando.