La asociación de familiares de enfermos de Alzhéimer Tierra de Barros ha visto reducido drásticamente su presupuesto para 2018 en una cantidad cercana a los 45.000 euros. Esto se debe al recorte de subvenciones procedentes de la Junta de Extremadura, algo de lo que se ha quejado el colectivo que opera en Almendralejo para ayudar a enfermos de la localidad y comarca. Según informa, la cantidad recibida en 2017 para atender a pacientes con deterioro cognitivo del centro de día se vio reducida en 20.000 euros, es decir, paso de 70.000 a 50.000 euros.

Asimismo, el colectivo también se ha quedado sin las ayudas autonómicas correspondientes al 0,7% del Impuesto sobre la renta que antes coordinaba el Gobierno central pero que, tras el nuevo modelo de gestión de estas ayudas, pasó a dirigir el Ejecutivo autonómico. Según han informado desde la asociación Tierra de Barros, «era una ayuda que llevábamos recibiendo durante los últimos 12 años y ahora nos hemos quedado sin ella. En la resolución nos han explicado que es por falta de crédito», dice Raquel García, trabajadora social del centro. En concreto, la asociación de familiares de enfermos con alzhéimer recibía la cantidad aproximada de 25.000 euros derivadas de dos programas específicos. De las 13 asociaciones que tratan el alzhéimer en Extremadura, solo las de Don Benito, Badajoz y Cáceres han recibido esta ayuda.

Demandas / Raquel García, representante del colectivo de Tierra de Barros, ha dicho que «nosotros podemos llegar a entender que somos muchos a pedir y que hay menos dinero, pero creemos que debería haber un mejor reparto económico de estas subvenciones, ya que solo se han beneficiado el 20% de las asociaciones del tercer sector».

Desde la asociación han confirmado a este diario que están en conversaciones con la Federación de Asociaciones de enfermos de Alzhéimer de Extremadura para que, a través de esta entidad, se pida una reunión con representantes del Sepad, en la Junta de Extremadura.

Actualmente, la asociación atiende a 26 pacientes en el centro de día, además de multitud de llamadas de familiares que tienen enfermos de alzhéimer en casa y que demandan soluciones y tratamientos en el hogar. Hay doce trabajadores en el colectivo incluyendo auxiliares sanitarias, fisioterapeutas, psicóloga, terapeutas ocupacionales, cocineras, conductor, trabajadora social y coordinadora del centro.

Raquel García indica que «de momento, podemos seguir trabajando con normalidad, pero ya nos estamos planteando la eliminación de algunas actividades y programas porque con estas cantidades no llegamos a todo».

De otro lado, la asociación está recibiendo en las últimas semanas a alumnos del instituto Santiago Apóstol, de la asignatura de psicología, para que participen en la realización de talleres grupales con los usuarios del centro de día. A través de juegos, manualidades y más actividades terapéuticas, lúdicas y de ocio, los pacientes reciben la estimulación de los jóvenes dentro de denominado taller intergeneracional.