La sucursal bancaria de Cajalmendralejo que se encuentra en la calle Ortega Muñoz fue asaltada a primera hora de este miércoles por un varón encapuchado que portaba una supuesta pistola con la que amenazó a la única trabajadora que en ese momento se encontraba en la oficina y a la limpiadora, únicas personas que se hallaban en el lugar en ese momento. El ladrón tapaba su rostro y vestía de negro en el momento del robo, según los testimonios a los que ha tenido acceso este periódico.

El robo se produjo en pocos minutos y el atracador se llevó una cantidad aproximada de 1.400 euros, según confirmó más tarde la delegada del Gobierno en Extremadura, Cristina Herrera.

Los hechos se produjeron en torno a las 8.30 de la mañana cuando el atracador se presentó en la oficina con una pistola y amenazó a la cajera. Se dirigió a la zona donde se encuentra la caja blindada con el dinero, rompiendo el marco de madera de la puerta y accediendo al botín. Según ha podido saber este periódico, normalmente el protocolo de la entidad impide que a primera hora de la mañana haya grandes cantidades de dinero.

La Policía Nacional ha abierto una investigación para tratar de encontrar al autor de los hechos. La Delegación del Gobierno informó, por su parte, de que se busca a un varón «de mediana estatura, en torno a 1,60 metros». En el dispositivo de búsqueda también participa la Guardia Civil. Se desconoce todavía si la pistola con la que amenazó a las dos personas que allí se encontraban era real o falsa.

Nada más producirse el suceso, varias dotaciones de policía local y Nacional se personaron en el lugar. También lo hizo una ambulancia con sanitarios para atender a la empleada y la limpiadora, que no sufrieron ningún tipo de daño físico, pero que en esos instantes se encontraban en estado de ansiedad.

Segundo robo / Este es el segundo suceso con intento de robo que se produce en esta oficina de Cajalmendralejo, situada en la barriada de San José. Fue en abril del 2012 cuando tuvo lugar otro asalto por parte de un varón que amenazó a las empleadas con un cuchillo de grandes dimensiones. En aquella ocasión sí había varios clientes y el ladrón terminó huyendo sin llevarse nada al no tener acceso a la caja fuerte.