TUtn niño de ocho años instaló en su casa "el Belén". Lo puso con mucho gusto; pero se le ocurrió reclinar al Niño en una hamaca. Su madre, al verlo, le dijo: "Jesús nació en unas pajas ¿cómo se te ha ocurrido ponerlo en esa hamaca?". "Lo sé, mamá; pero en la hamaca Jesús está más cómodo". Esta ingenuidad infantil me dio que pensar. El deseo de que Jesús esté más cómodo es fácil de cumplir. El mismo lo facilitó identificándose con los necesitados: "Tuve hambre y me disteis de comer, estuve enfermo y me visitasteis, fui forastero y me hospedasteis..." Jesús sigue estando entre nosotros. Presente. "Repetido" en los hermanos que sufren, en los que no tienen techo, en los que están solos, enfermos o marginados; en los que no tienen un trozo de pan que llevarse a la boca; en los inmigrantes que viven entre nosotros, en los emigrantes españoles que buscan trabajo en el extranjero; en los "parados", en los discapacitados, en los discriminados por razón de sexo, raza o religión... ¡Hay tantos "belenes" sobre la tierra! Y en cada uno de ellos un Jesús -el Jesús del siglo XXI- busca consuelo y abrigo, medicina y pan, compañía y comprensión, ayuda y solidaridad, amistad y cariño. Busca... hermanos que le faciliten una "hamaca" para sentirse menos incómodo en este mundo nuestro, tan deshumanizado, tan egoísta, tan materializado, tan poco solidario. Todo el año, pero especialmente las fechas navideñas, deberían ser renovada invitación a recorrer un camino nuevo: el de la fe y la caridad vividas por cuantos hemos recibido misericordia y amor del Dios, Padre de todos. Si os sentís implicados en esta "caminada", os deseo FELIZ NOCHEBUENA Y SANTA NAVIDAD, hermanos.