Como Ave Fénix, el PP local parece resurgir de sus propias cenizas. Se anuncia, de hecho, casi una refundación del mismo. Han tocado fondo, dicen, y es hora de reflotar el barco hasta aparecer a la vista de todos con la misma magnificencia de los mejores momentos. Así lo quieren y así debemos todos desearlo, no importa que estemos más o menos próximos a ellos ideológicamente. Y esto por bien del sistema político cuya esencia se encuentra en la libre y pacífica concurrencia de distintas propuestas políticas para que todos tengamos la opción de elegir la que creamos más conveniente en cada momento y lugar.

Manifiestan, además -los que han tenido la iniciativa de tomar las riendas del partido- que, por el momento, no está en su prioridad nombrar el candidato a la alcaldía para la próxima contienda electoral. Una llamativa muestra de sensatez, dada la ausencia que de la misma ha habido en este partido últimamente. Ese es un proceso que, a nuestro juicio, debe iniciarse cuando la calma definitiva vuelva a las revueltas aguas de la numerosa afiliación al partido, hasta ahora dividida en torno a una u otra de las facciones que han venido manteniendo luchas internas de poder, inútilmente desmentidas con reiteración.

Damos la bienvenida, pues, al partido mayoritario de la oposición, estimando el hecho de su "reaparición" como un deseable regreso del mismo a la realidad de la vida política local, algo más allá de su casi testimonial presencia en el actual consistorio municipal. Porque puede ser sólo una impresión, pero, para muchos almendralejenses, el PP local hace algún tiempo que, simplemente, no estaba.