Si de algo ha presumido el almendralejense durante toda su historia, especialmente cuando está lejos de casa, es de que «los del pueblo somos capaces de cualquier cosa». Hay artistas consagrados, trabajadores de la NASA, deportistas olímpicos, jugadores de Primera División, grupos de música y de teatro exitosos «y hasta tenemos una caja que lleva nuestro nombre y que, a diferencia del resto, solo hace crecer».

Algunas reflexiones como estas expuso José María Fernández de Vega, diseñador, realizador y productor audiovisual, mientras pronunciaba, la noche del miércoles, el pregón de las fiestas, en el que se presentó como un almendralejense «de los de verdad». En el escenario, emocionado por una oportunidad que él consideró como «única», uno de los creadores de la primera película de cine hecha íntegramente en Almendralejo (Buñuel en el laberinto de las tortugas) contó cómo ha sido capaz de llevar a la realidad el sueño que tenía desde niño.

José María se inclinó por las ingenierías, «pero a mí lo que me gustaban eran los dibujos animados», confesó en el atrio de la Piedad, en uno de los momentos más emotivos del acto central. Desveló cómo empezó a ver cine en el barrio de San Antonio, en el famoso Cine Alegría, rememoró las largas colas que hizo para entrar en el Carolina (hoy teatro) o las grandes producciones que deleitaron a los almendralejenses en los Cines Victoria, en la calle Méndez Núñez, y también sus noches de Cine Jardín (junto al Obrero) o en la plaza de toros.

«Necesitamos que busquemos ser los mejores, que seamos competitivos pero, sobre todo, que seamos únicos y marquemos aquello que nos diferencia. Que nunca dejemos de ser del pueblo», resaltó.

En un discurso cargado de recuerdos, también rememoró sus vivencias de niño y joven en la feria que antes se situaba en la zona del polideportivo, y a la que nunca ha faltado: «He sido de los que nunca me he querido ir de vacaciones. Al revés, de los que quería estar en las fiestas», resaltó contento.

Tiró de otros recuerdos como de la feria de 1991 cuando su tío, Ventura de Vega, fue el bodeguero del año y aquel pregón fue obra de Julio Luengo.

Y alabó a personajes de Almendralejo que, como él, han llevado la bandera de la ciudad hasta muy lejos, casos de Chema Lorite, Florián Recio, Marce Pacheco, Miguel Durán, Isaías Carrasco o María Victoria Gil, entre otros.

Fue un acto central cargado de música, emoción y colorido donde se coronó a la reina, Ana García Cáceres, que recibió su corona junto a sus damas de honor. No faltaron los bailes del grupo folclórico Tierra de Barros, Abasal o la escuela de ballet de Pedro Cruz. Tampoco los homenajes y reconocimientos y el primer vino de honor a la Virgen. Todo con un atrio de la Piedad en el que no cabía ni un alfiler.