Sólo tiene 17 años, pero una pasión y vocación muy definidas. Las encontró, casi por casualidad, cuando cursaba sexto de Primaria con 11 años. Su profesora de Literatura entró en clase y repartió un folio en blanco para cada alumno. Les pidió una historia original y ella apostó por una fantasía sobre pingüinos. Contó que eran los únicos pájaros que no podían volar, posiblemente castigados por Dios. Tímida e introvertida, el azar la eligió para que leyera en alto su discurso. Y aquella historia encandiló a sus compañeros.

Seis años después, Inma Rubiales, todavía insultantemente joven, también ha sido elegida para ofrecer otro discurso. En este caso el primer discurso ciudadano que un almendralejense realiza en el Día de Extremadura. Lo hizo en un marco incomparable como el teatro Carolina Coronado, donde expresó una reivindicación generalizada para que en Extremadura se tenga en cuenta a determinados colectivos, especialmente los jóvenes. Y para que les den la voz que, en ocasiones, les apagan.

Durante su exposición, Inma Rubiales citó a Will Smith con una frase demoledora: «El primer paso: antes de que alguien más se lo crea, tienes que creértelo tú». Puntualiza Inma que «nadie se toma en serio a las personas con sueños. Menos aún a los jóvenes. Parece que, si tienes una pasión y luchas por dedicarte a ello, es porque no tienes sentido común. La gente siempre te pide que seas realista. Dedícate a algo que dé dinero. Estudia una ingeniería». Inma señala que la población no tiene fe en los jóvenes y, lo que es peor, considera que muchos no tienen aspiraciones. «Esos chicos que tienen un canal de YouTube y graban todas las tardes en su habitación, podrían acabar convirtiéndose en guionistas o directores de cine. Esa chica que, aburrida, pinta bocetos en las últimas páginas de su libreta de biología, podría ser una futura pintora de renombre. El joven que canta en la calle, la niña que va al conservatorio día tras día. Todos ellos son jóvenes con sueños. Tienen aspiraciones y, si no podemos verlas, es solo porque no les hemos dado la oportunidad de enseñárselas al mundo».

En su discurso, emotivo y directo, Inma Rubiales también hizo una mención especial a las personas mayores a las que les cuesta encontrar empleo «y no importa la experiencia o sabiduría que puedan compartir». Y habló de las personas discapacitadas y con problemas de salud mental, «que no solo luchan por cumplir sus sueños, sino contra los perjuicios y estigmas que tiene la sociedad».

Inma concluyó con otra reflexión profunda: «Extremadura no son solo campos verdes llenos de árboles. No son solo ciudades, cascos antiguos y patrimonios artísticos. Extremadura también somos nosotros. Somos sobre todo nosotros, los ciudadanos. Y nos merecemos que nos escuchen».

El discurso fue una de las novedades del Día de Extremadura en Almendralejo, donde Antonio Ramírez recogió un reconocimiento a la plantilla de la policía local y se entregaron los premios Manuel Antolín de Pintura.

Durante la jornada hubo también actividades fuera del teatro como talleres de pintura y folclore extremeño, la actuación de la banda de música o un popular desayuno de cavas con migas que pudieron degustar los vecinos de Almendralejo.