Cientos de personas acudieron ayer a las dos misas de difuntos que se celebraron en el cementerio municipal de Almendralejo. La primera tuvo lugar a las doce de la mañana y la segunda a las cinco, que contó con mayor presencia de público. Fue el párroco de la Purificación, Rafael Corraliza, quien ofició las dos eucaristías ante cientos de almendralejenses que quisieron celebrar así el día de los difuntos.

Para facilitar la asistencia, el ayuntamiento instaló 400 sillas para las misas y el autobús urbano dispuso un servicio especial durante esa hora para hace posible el traslado a los ciudadanos. También ayer, algunos se acercaban hasta el cementerio para visitar a sus familiares fallecidos porque no lo hicieron durante el lunes, día que mayor concentración hubo en el camposanto.