El Cristo del Amparo regresó ayer a su templo del Corazón de María, después de que la imagen se haya sometido al proceso de restauración más importante desde el siglo XIX, en que se talló.

Para conmemorar este momento, la Hermandad y Cofradía de nazarenos del Santísimo Cristo del Amparo y María Santísima de la Piedad en su Misterio Doloroso ofreció ayer una misa.

La eucaristía comenzó a las 20.00 horas, diez minutos después de que el Cristo entrase en el templo. Han sido cinco meses de ausencia en los que la imagen se ha restaurado en el estudio taller de conservación y restauración que dirige en Llerena Luis Peña. Al finalizar la eucaristía, el director del taller explicó a los presentes el proceso de restauración que se ha aplicado al Cristo.

Según Peña, la talla en cuestión está fechada a mediados del siglo XIX y su autor es anónimo. En sus más de 150 años de antigüedad la imagen sólo había recibido una capa de pintura a finales del siglo XIX que, según el propio Peña, contribuyó aún más a ensuciar la madera.

PROCESO DE TRABAJO

Los trabajos de restauración se han centrado en la consolidación el volumen escultórico del Cristo: se han tapado las grietas que tenía la madera y se han sustituido las espinas de la corona que estaban rotas y el dedo índice de la mano izquierda de la imagen.

Además, se han eliminado los numerosos elementos de hierro que unían las diferentes partes del cuerpo del Cristo y que "contribuían activamente a que se estropease la madera ya que se estaba oxidando", añadió Luis Peña.

Esas uniones se han cambiado por unas espigas de madera de haya y se ha corregido el anclaje de la imagen crucificada para que los brazos del Cristo no soporten todo el peso del cuerpo de madera. "En definitiva, --indicó Peña-- con el proceso de conservación se ha querido recuperar la lozanía primitiva de la imagen".

Luis Peña ha trabajado en la restauración de más de 16 obras de arte en Almendralejo en los últimos 20 años. Entre ellas, destaca la conservación de Santa María de Cora, una imagen del siglo XVI y que se encuentra en la Purificación. Además, restauró un cuadro de Santa Teresa del siglo XVII pintado por Luis Tristán que se expone en la ermita de la Piedad.