Algunos lamentamos la destitución de la abogada socialista Rosa Peris como Directora del Instituto de la Mujer. Su capacidad como laboralista la había llevado a trazar una senda encaminada a la consecución de la igualdad femenina en aquellos asuntos de verdadero calado, sean las medidas adoptadas para la mediación de la vida familiar con la laboral, la equiparación salarial de la mujer y sobre todo la prioridad absoluta que concedía al desarrollo de políticas contra el terrorismo del maltrato. Alzó Aído en su lugar a Laura Seara, la mujer del contacuentos. Por su trayectoria anterior hubiésemos esperado una declaración de principios contra los regímenes o integrismos religiosos que condenan mediante violentas persecuciones (con repulsa de tantos ciudadanos) la homosexualidad: el castrismo de Cuba y el islamismo radical. Sin embargo su ataque (¡que atrevida es la ignorancia!) se dirige a la fijación culta de la literatura oral que iniciaron en 1812 los hermanos Grimm. Se nos anuncia en prensa que algunos familiares de la Inquisición-Seara irán de gira por ciertas Comunidades Autónomas. Esperemos que Extremadura no se encuentre en su proyecto de expansión. Pasaría por la horca lo más granado de nuestro folclore, garrote vil para los nombres de García Plata de Osma, Roso de Luna, Hernández de Soto, Curiel Merchán- Y en Almendralejo (dudo que Seara sea docta en tópicos literarios) Carolina Coronado entraría en el Indice de Libros Prohibidos (lean el inicio de Harnina ). Mejor sería dedicar este presupuesto a la promoción de la literatura femenina, un magnífico proyecto que el instituto hizo realidad en otro tiempo con Castalia.