TAthora que estamos celebrando la teoría de Darwin, incluso por muchos que ni la creen ni la aceptan, se me viene a la cabeza aquello que él decía que: prevalece el más fuerte, el mejor dotado y el mejor adaptado al medio. Esto se está llevando al pie de la letra en lo económico, independientemente de que quien gobierne, en teoría, es un partido que debería de apoyar a los débiles. Es increíble cómo puede esta sociedad aplicar reglas no escritas que, en el orden, y posiblemente en la intención, siempre perjudican más a los más desprotegidos. Aquí, primero se apoya a las grandes empresas y los bancos; después, desde ahí para abajo, en razón de la importancia de la empresa y del número de empleados, y después ya veremos si hay alguna migaja para los autónomos. Es imposible explicar de otra manera los beneficios ya comentados a los grandes, y últimamente a los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), olvidando que hay que tener un determinado número de trabajadores para poder acogerse a esos expedientes y, en los que suelen estar excluido por dicha causa la casi totalidad de las empresas de autónomos. Esta sociedad, incapaz o sin intención de regular a una parte de los profesionales liberales, ha metido en el mismo saco a otros muchos llamados autónomos, con sus empresas pequeñas, de servicios o productivas, pero en todo caso claves en la creación de riqueza, empleo y recursos, a los que este sistema siempre deja atrás y casi siempre olvida. Y, siempre al final, el empleado con sus problemas y su hipoteca. www.ajescribe.blogspot.com.