Aunque el acuerdo entre el ayuntamiento y el ministerio de Empleo y Seguridad Social está cerrado para el desalojo de las centrales sindicales, su reubicación provisional y la construcción de un nuevo inmueble, el derribo del edificio del sindicato que debe dar paso a un nuevo proyecto todavía tendrá que esperar, muy posiblemente hasta 2017. Así lo ha indicado el alcalde José García Lobato, quien explica que la situación de bloqueo político que existe a nivel nacional «está afectando a todo, tanto a las administraciones regionales como locales».

Lobato ha comparado esta situación con otras como el retraso en las obras de construcción del nuevo emisario, la edificación de otra comisaría o la rotonda que debe conectar el enlace sur de la autovía A-66. El edil popular indica que esta obra que afecta a las centrales sindicales no aparece aún en presupuesto y todo está en pausa. H