Ayer por la mañana desalojaron a una mujer de 74 años con síndrome de Diógenes del piso en el que residía, en la avenida de San Antonio, y que se encontraba lleno de basura.

La mujer, que responde a las iniciales C. D., vivía sola y de alquiler. El piso, el segundo del número 36 de dicha calle, estaba completamente lleno de bolsas de basura, había restos de orina y excrementos por todos los pasillos y las habitaciones, e incluso había numerosos insectos.

De ejecutar el desalojo se ocupó la policía local que, tras acceder a la vivienda con una orden judicial, la hallaron dentro y fue trasladada al hospital comarcal Tierra de Barros para que fuese atendida, ya que su estado de salud es grave, estaba desnutrida y tenía heridas y hematomas en las piernas y brazos sin curar. Al cierre de esta edición permanecía hospitalizada.

Según los voluntarios de Cruz Roja que se encargaron de trasladarla al hospital, cuando les vio entrar en el piso para llevársela aseguró que "no quería salir de su casa" y pedía que no se le culpara a nadie de su situación, ya que la verdadera culpable de todo es ella.

LIMPIEZA DE LA BASURA La noticia provocó un gran revuelo en la avenida de San Antonio, concentrándose un gran número de vecinos en los alrededores del edificio. Hasta el piso se trasladó la policía local y personal del ayuntamiento para proceder a retirar toda la basura acumulada y limpiar el piso, aunque el mal olor les impidió acceder a estos últimos, a pesar de llevar su correspondientes mascarillas y utilizar otros sistemas para no oler mal. Tras el desalojo, se acercaron a la casa algunos familiares de la mujer, quienes se comprometieron hacerse cargo de la limpieza del piso.

Los vecinos aseguraron ayer que llevaban tres años denunciando la dejadez de esta mujer y el mal olor que procedía de su piso por la basura que acumulaba, pero que hasta hoy (por ayer) no se ha había hecho nada. Ha sido el dueño del piso el que puso en conocimiento de los hechos al juzgado hace unos tres meses, y ayer fue cuando el juez autorizó la entrada a la vivienda, para desalojar a la anciana, que tiene al día el pago de sus recibos de alquiler.

COMIDA A DOMICILIO Según los vecinos, la mujer no dejaba entrar en el piso a nadie y los trabajadores de una tienda de alimentación dejaban las bolsas de comida en la puerta y ella abría un poco para pagarle sin dejarles entrar en ningún momento ni permitirles que viesen algo. Los vecinos no quisieron hacer más declaraciones, pero aseguraban que ahora que se ha destapado todo no entienden cómo podía residir esta mujer en esa situación durante tanto tiempo y no se hubiese actuado antes.