En los jardines romanos del Trastévere , cuando más ardientes y entregadas se encontraban las parejas a sus juegos amorosos, dispuestas para el clímax final, entre agazapado o camuflado cual soldaditos de Madelman , un niño romano llamado Pánico , voyeurista, feo como Picio , bizco, de mandíbula desplazada y mentón prominente, gozaba con aquellas escenas eróticas. Al ser descubierto el muy truhán, por el miedo, las féminas humedecidas ensequecían al instante y los machos turgentes se amilanaban flácidamente. La libido, entre el verde follaje y los frondosos parterres, colgaba el cartel de Vuelva usted mañana como satíricamente escribiera Mariano J. de Larra . Algo así parece que le está ocurriendo a esa casta política catalana que se hace notar en exceso. Que 12 periódicos catalanes subvencionados por la Generalitat con 28 millones de euros, editorialicen a coro con palmarias amenazas por la dignidad de Cataluña ante la inminente sentencia del TC sobre el Estatuto de aquella región, me recuerda a aquel miedo aterrador que Pánico infligía a las parejas de tortolitos. La dignidad de Cataluña la tienen las 3.296.595 (76,68%) de personas que pasaron olímpicamente del referéndum el 18 de junio de 2006, frente a los 1.882.650 (23,31%) que sí lo votaron. A los catalanes, que ahora también se acuerdan del Gobierno de España para los tres secuestrados en Mauritania , les recordamos que la Constitución Española , de la que ahora reniegan, fue votada allí afirmativamente por el 91,06% con una participación del 67,91% . Eso sí es dignidad, pero Constitucional.