Los problemas económicos provocados por la deuda que arrastra la entidad y la que ha originado el nuevo centro, han obligado a la Asociación de Disminuidos Psíquicos Aprosuba 2 de Almendralejo a plantear el cese de su actividad.

La directiva de la entidad ha convocado una asamblea general extraordinaria el próximo jueves para debatir este cese "inmediato de la actividad de todos los servicios por los problemas económicos y legales que soporta la entidad desde hace tiempo".

En caso de parar, los 200 alumnos de Aprosuba tendrían que asistir a otros centros de la provincia y habría que despedir a 50 trabajadores.

Según una nota remitida por la directiva el pasado viernes, la asamblea se celebrará a las cinco de la tarde en las instalaciones que la entidad posee en la carretera de Fuente del Maestre.

A la deuda económica que soporta desde hace años, se ha sumado la que ha generado el nuevo centro. Aprosuba no ha podido hacer frente a este lastre. La anterior directiva puso en marcha incluso una auditoría para comprobar el déficit real y cómo se había realizado la administración del dinero del colectivo.

La entidad se enfrenta además a problemas de legalidad respecto al nuevo centro. En 2006 comenzaron las obras de construcción en la carretera de Fuente del Maestre de dicho centro, en el que se concentrarían todos los servicios de la entidad, que hasta ahora han estado repartidos por varios locales de la ciudad.

PRESUPUESTO DUPLICADO El ayuntamiento cedió el suelo y la Obra Social de Caja Madrid lo financiaba con una subvención de casi un millón de euros, cantidad presupuestada para su edificación. Desde entonces las obras han causado múltiples problemas. El presupuesto del centro finalmente se ha duplicado, por lo que a la empresa constructora, Fercor, se le adeuda una cantidad de dinero "considerable".

Según la directiva de Aprosuba, la empresa reclama esa cantidad que no pueden pagarle.

A este problema financiero, se le suma el de legalidad. Según la presidenta, Pepa Carrasco, que tomó posesión de su cargo en junio, el terreno donde se ha levantado el centro lo cedió el ayuntamiento como suelo no urbano, y ahora debe recalificarlo para que pueda suministrársele la luz a través de un enganche y la calefacción.

Aunque lleva meses solicitando ese cambio al equipo de gobierno, Carrasco aseguró que aún no ha recibido respuesta. Por ello, aunque el centro se puso en marcha en septiembre, las interrupciones del suministro de luz son continuas.

La directiva reconoce que es muy difícil continuar en esta situación y por ello plantean el cese de la actividad; aunque su presidenta no pierde la esperanza de poder hallar una solución a tiempo.

La tristeza de algunos de los empleados se mezcla con la esperanza de otros, sobre todo de los más veteranos, quienes aseguran que "aún no se puede tirar la toalla" y consideran, de la misma forma que la directiva, que todavía hay entidades y administraciones públicas que pueden ayudar.