El grupo operativo de la Policía Nacional de Almendralejo ha procedido a la detención este miércoles de dos personas que habrían estafado a más de 35 por falsos alquileres de apartamentos turísticos que nunca llegaron a realizarse, con un botín fraudulento recaudado de más de 6.000 euros. En concreto, los detenidos son un hombre de 27 años y una mujer de 22 años.

La investigación comenzó hace unos tres meses aproximadamente cuando el grupo de policía judicial de la comisaría de Almendralejo tuvo conocimiento de la existencia de movimientos bancarios en la entidad de Cajalmendralejo que, debido a la normativa de prevención de blanqueo de capitales y fraudes bancarios, se pudo poner en conocimiento de los agentes para recabar toda la información. La investigación determinó que había muchas transferencias de diferentes entidades bancarias y posteriormente reintegros que hacían sospechar que fueran operaciones fraudulentas.

En el transcurso de la investigación, los funcionarios policiales observaron que las víctimas ingresaban un dinero por la reserva del apartamento vacacional y posteriormente se le daban excusas para que no pudiera acudir al mismo, no devolviéndoles dicha cantidad de dinero, que oscilaba entre los 100 y 500 euros. Los agentes pudieron identificar hasta 35 víctimas repartidas por toda la geografía española, con un montante de los beneficios de la estafa que ascendía a 6.075 euros.

Los estafadores utilizaban un 'modus operand'i definido. Buscaban en páginas de anuncios por internet a las personas que preguntaban por la posibilidad de alquilar apartamentos en zonas de playa para el verano. Apuntaban sus contactos y les llamaban para ofrecerles viviendas en alquiler en los lugares que pretendían ir las víctimas. De la misma manera, facilitaba datos de otras personas para no ofrecer su verdadera identidad e, incluso, hacía contratos de alquiler para que las víctimas pudieran realizar las transferencias a la cuenta que la autora daba, dinero que después no devolvería. Algunos de los estafados se llegaron a personar en el lugar de la dirección que los estafadores habían facilitado y era en ese momento cuando se daban cuenta de que era una estafa en toda regla.

La mujer estafadora, para dificultar aún más la labor policial, utilizaba un teléfono que no estaba a su nombre y cambiaba de domicilio de manera continua en cortos periodos de tiempo, aunque finalmente las investigaciones han llevado la detención hasta Valdivia.