Las empresas ubicadas en el polígono industrial de la ciudad deportiva han denunciado ante el Ayuntamiento de Almendralejo el mal olor que desprende una fábrica que abrió a principios de mayo en la calle Maratón y que se dedica a la quema de grasas para la fabricación de mantecas, oleicos y proteínas cárnicas.

Los empresarios aseguraron a este diario que están sufriendo problemas de olores "muy desagradables y a veces insoportables a la respiración". Garantizaron que estos olores proceden de una nueva fábrica que se ha instalado en el polígono, Agropecuaria Campo Verde, que se dedica a la quema de grasas de origen animal que forma un humo que a su vez origina el mal olor en la zona. Incluso señalaron que la clientela de todos los negocios han mostrado sus quejas verbales y que ya está perjudicando a algunos negocios. Es el caso del lavadero de coches que se encuentran justo al lado de la fábrica. Según la portavoz de los empresarios, de la empresa Serviauto, Catalina Colchón, el olor se queda dentro de los coches y tiene que entregárselos a sus clientes de esa forma. Al lado de la empresa también se encuentra las instalaciones de los Jardines Sheila, donde se celebran principalmente bodas y bautizos. Su responsable, José Mulero, reconoció a este diario que por ahora no le está afectando a su negocio, pero aseguró que el olor es insoportable y que harán todo lo posible para eliminarlo.

Así, estos empresarios, trabajadores y clientes presentaron un escrito acompañado de 200 firmas al ayuntamiento el pasado 15 de junio denunciando dicho mal olor. El consistorio, tras estudiar la queja y comprobar los hechos denunciados, les remitió un escrito a principio de mes en el que les informan que dicha fábrica carece de la licencia de instalación, apertura y funcionamiento. La empresa la solicitó en 2010, pero el ayuntamiento no se la concedió porque le faltaba la Autorización Ambiental Unificada que no ha presentado nunca. Por ello, se ha requerido a la firma que presente toda la documentación necesaria para ello y que cese la actividad hasta que disponga de ella.

EXPOSICION PUBLICA De esta forma, la empresa ya ha solicitado la licencia a la Dirección General de Evaluación y Calidad Ambiental de la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente de la Junta de Extremadura, que es la que la tiene que conceder. El pasado 30 de junio se sometía a información pública la solicitud de autorización ambiental unificada del proyecto de esta fábrica de mantecas, oleicos y proteínas cárnicas con su publicación en el Diario Oficial de Extremadura (DOE). En ella se daba un plazo para presentar alegaciones a la concesión de la autorización ambiental que termina el 28 de julio.

Los empresarios del polígono están ya preparando la alegación a la concesión de esta licencia para presentarla esta semana porque para ellos la empresa no cumple la normativa. Creen que esta fábrica no debería estar ubicada en dicha calle, sino fuera del casco urbano como la alcoholera o Cantosblanco, y que tampoco debería haber empezado su actividad sin tener las correspondientes licencias (tanto la de impacto ambiental como la de actividad). Colchón aseguraba que no pretenden cerrar la empresa a nadie, sino que se cambie de lugar para que no perjudique a las demás. Si finalmente consiguen las licencias oportunas aseguran que recurrirán por todas las vías posibles y realizarán todo tipo de movilizaciones para no seguir soportando "este mal olor" que les impide trabajar bien.

VERTIDOS Además, Colchón aseguró que cortan la calle cuando quieren sin avisar, ya que son camiones de gran tonelaje los que acuden a cargar y descargar la mercancía. Los empresarios también se quejan de la suciedad que hay en las arquetas, ya que aseguran que cuando llueve rebosa el agua con restos de grasa por ella. En este sentido, comentaron que el ayuntamiento les ha denunciado porque comenzaron a hacer los vertidos a la red general y al ser una industria tienen que hacerlo a otra. Los empresarios además piden al ayuntamiento que controle el inicio de esta actividad y no se permita sin las correspondientes licencias. Así, ya se han reunido con los técnicos municipales y con la concejala de Medio Ambiente, Beatriz Palomeque.

Según la solicitud de autorización ambiental, la empresa tiene una capacidad de producción máxima de casi nueve millones de kilos. No es la primera vez que una fábrica de grasas crea malestar entre los ciudadanos en la región. Recientemente en Mérida, la fábrica Extremeña de Grasas tuvo que trasladarse a las afueras tras las continúas denuncias de los vecinos por el mal olor y por la retirada de la autorización de impacto ambiental de la Junta de Extremadura.