TAtyer fue la Epifanía, la "manifestación" del Señor. Manifestación gozosa del nacimiento de Jesús a toda la Humanidad. El, nacido de una mujer, la Virgen María, ha asumido nuestra naturaleza para hacerse solidario con todo ser humano que viene a este mundo. Pero hay alguien a quien le estorba el Señor. Herodes no ve en El nada más que al antagonista que quiere arrebatarle su reino. Por eso pide a los Reyes Magos que, a la vuelta, le informen sobre el paradero del Niño "para ir yo también a adorarle". Viéndose burlado por los Magos, decreta el mayor infanticidio de la historia. Hoy sigue manifestándose Jesús. La Iglesia propone a todos los pueblos de la tierra su persona y la doctrina de paz, de amor y de perdón que predicó por todos los caminos de Palestina. Y no todos lo aceptan pues esa doctrina no se "impone". Pero hay algunos que sí querrían que se impusieran su propia religión o sus personales modos de entender la vida y se oponen violentamente al cristianismo no dudando en privar de la vida a los seguidores de Jesús, incluidos niños inocentes. La misma Nochevieja, en Egipto, un atentado islamista ha segado la vida de 21 personas en un Templo cristiano sembrando destrucción y luto en la comunidad local. Y no pensemos que estos desmanes se realizan solamente en naciones fanatizadas por creencias extremistas. En Majadahonda, junto a Madrid, una Parroquia ha sufrido estos días navideños los efectos del laicismo virulento: un incendio provocado. Jesús y su Iglesia siguen siendo, en el siglo XXI, perseguidos. Lo demuestran quienes, para oponerse al cristianismo, no tienen más argumentos que el odio y la violencia.