Ángel Barrera (Almendralejo, 1975) afronta su segunda etapa al frente de la coordinadora empresarial (Ceal) con la misma ilusión que cuando llegó al cargo, pero con la experiencia de los primeros cuatro años. De hecho, deja claro que éste será su último periplo como presidente, pues considera que ocho años son suficientes para asentar un modelo estratégico de trabajo. Empresario, emprendedor y trabajador. Se levanta todos los días antes de las siete de la mañana y no deja el despacho y el teléfono hasta que la luna deslumbra en su punto más alto. Cree que Almendralejo debe crecer más aún, pero se detiene en problemas inmediatos que atañen ahora a la ciudad.

--Menudo problema se plantea ahora ante la posible eliminación este enlace de la autovía.

--Me parece absolutamente incongruente. Es de poco sentido común por parte del Ministerio de Fomento. Llevamos muchos años demandando el enlace sur de la autovía con dirección a Mérida y ahora quieren cerrar otro. Esto puede generar un problema de logística como es el tráfico de tráilers y camiones (en referencia a Transportes Hermanos Pereira). Vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para evitarlo.

--Otro tema candente, el uso del edificio de la plaza del mercado. ¿Qué le parece?

--Lo cierto es que los datos nos han sorprendido. Entendemos que el nivel de nuestra junta directiva es fuerte y que la plaza de abastos puede ser un pilar comercial fuerte, pero es lamentable que esa sensación solo la tenga la junta directiva y luego haya poca participación de los asociados. Sabemos que se ha venido trabajando en que la plaza tuviera un uso comercial en años anteriores y se daba por hecho que así sería, pero también es verdad que la situación de la sociedad ha cambiado.

--¿Inicia un proyecto continuista al frente de la Ceal?

--Por supuesto. Creemos que hemos implantado un modelo de trabajo durante estos cuatro años y ahora podemos implementarlo y mejorarlo.

--¿Cuáles son las principales preocupaciones de los empresarios locales?

El comercio, sin duda, y el cambio social que vivimos a escalas internacionales. Mantengo una cierta preocupación porque tengo la sensación de que no hemos integrado del todo en nuestras estrategias a los pueblos de la comarca. Y debemos hacerlo. Necesitamos que ellos participen y que vean a Almendralejo no solo como una capital administrativa, sino también cultural y comercial para ellos.

--Sobre la internacionalización, ¿ve a Almendralejo con posibilidades de atraer empresas de fuera?

--No es que vea posibilidades, es que es necesario. Y también que nuestras empresas se crean que puedan vender productos en el exterior. Hay administraciones públicas que han de ayudarnos en este camino. La región tiene que crear las condiciones ideales para que estas empresas de fuera quieran venir a Extremadura, y la Administración local también tiene que crear el ecosistema para que elijan a Almendralejo. Pero claro, hay por delante mucho trabajo técnico, político e, incluso, diplomático.

--¿Y qué potencialidades destacaría de Almendralejo para conseguir ese objetivo?

--Mira, una cosa que tiene el almendralejense es que se lo cree. Nosotros tenemos el gen y la conciencia emprendedora. No tenemos miedos a poner en marcha proyectos y dar pasos empresariales. No todos salen bien, pero aquí se ponen muchas empresas y eso es la base.

--Tiene claro seguir apostando por el Vinito Emprendedor?

Por supuesto. De hecho, en noviembre, ya podremos anunciar el próximo en venir. Trabajar sobre la conciencia de los que ahora somos empresarios es algo básico y fundamental.

--¿Y el ‘Acho, emprende’?

--Igual. Son programas que, desde que llegué a la presidencia de la Ceal, los tenía en la cabeza para ponerlos en marcha. El Acho, emprende despierta la conciencia emprendedora en niños, los mismos que nos tienen que suceder a nosotros de aquí a ocho o diez años. Y ojalá vean que se pueden crear empresas en Almendralejo y comarca y que no tienen que marcharse fuera para ser empresarios.

--Hace un año se produjeron una serie de robos en empresas de la ciudad y existió mucha preocupación por la seguridad de estas. Parece que eso ha desaparecido.

--Sí, es cierto. Cuando surgió aquel problema, decidimos que era momento de trabajar de forma coordinada tanto la Delegación del Gobierno, el ayuntamiento como los empresarios locales. Nosotros les indicamos cuáles eran los canales de los que disponíamos para atajar los problemas y se establecieron soluciones. Cuando las cosas se hacen de manera coordinada y con calma, normalmente se obtienen buenas respuestas. Hay que tocar madera porque de momento esa seguridad se está manteniendo.

--Estamos a unos meses de las elecciones, ¿espera la llamada de los partidos políticos?

--Este año lo tenemos planeado de otra manera. La junta directiva anterior, que yo presidí, ya tuvo que pasar por un proceso de elecciones municipales y autonómicas. Por aquellas fechas, tuvimos la sensación de que los diferentes partidos políticos venían a nosotros a contarnos todo lo que podían hacer y para hacerse la foto. Luego muchos desaparecían. Para las nuevas elecciones las tornas queremos que cambien. Desde la Ceal trabajamos en una agenda para hacer una ronda de contactos que abramos nosotros. No queremos que nos llamen, sino que nosotros queremos pedir reuniones con los partidos que se van a presentar para orientarles de las políticas empresariales y de emprendimiento que creemos que necesita Almendraleo. Creemos que este cambio nos viene bien a las dos partes.