Dicen adiós con el compromiso, la pasión y la vocación que lleva impregnado el verdadero maestro nacido en la década de los 70. En aquellos tiempos de ruptura con el Franquismo y surgimiento de la nueva ley de la educación que establecía la obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza, emergían seis maestros que dejaban atrás la vieja escuela para navegar por la educación del futuro. "La vocación es un término obsoleto, pero para enseñar es necesaria la responsabilidad y el compromiso".

Dando su última lección ponía punto y final a su trayectoria como profesora Isabel Collado Salguero, una de las homenajeadas y la elegida como portavoz de sus compañeros en este acto, celebrado el miércoles. Junto a ella cierran sus etapas como docentes Manuel Leyguarda Domínguez, Guadalupe Esperilla Arroyo, Rafael Carvajal Tejón, María Coronada Baquero Márquez y José Luis Sánchez Sánchez, único que faltó a la cita al estar recuperándose satisfactoriamente de una operación.

El salón de plenos del ayuntamiento fue testigo de un homenaje emotivo y educativo. Un quinteto de la banda municipal puso la música y alumnas del Ortega y Gasset sorprendieron recitando poemas. Pero sin duda, impresionó la lección de historia sobre la educación en Almendralejo que ofreció en su discurso Isabel Collado. Comenzó con un fragmento de Baltasar de Salamanca, el primer maestro de la ciudad. No fue algo baladí. Dejó claro que "somos un eslabón más del legado de la enseñanza en Almendralejo". Recordó la exigencia del oficio en sus inicios y los apenas 400 reales que se ganaba. Habló del Convento de la Concepción, hoy el Ortega y Gasset, conocido como el primer centro escolar. También del primer maestro en ocupar una de sus salas: Antonio Alvarez Cienfuegos. No se olvidó de las dificultades de la mujer para introducirse en la educación. Hasta 1848, la ciudad no tuvo su primera maestra, siendo el índice de analfabetismo cercano al 90%. Alabó a Francisco Montero de Espinosa que, como alcalde, abrió centros que ahora conocemos como el Antonio Machado o la ahora escuela de idiomas. Y el despegue de la educación secundaria en la década de los 50, con la creación del Santiago Apóstol. Una brillante lección de historia.

De los seis, cinco no nacieron en Almendralejo, pero la ciudad les atrapó para siempre. Isabel Collado nació en Calamonte, aunque sus últimos 27 años ha estado en el Ortega y Gasset. Allí ha acabado también doña Coro, que nació en Aceuchal. En Trujillo nació José Luis Sánchez, pero se ha convertido en referencia y director del IES Arroyo Harnina en los últimos diez años. Rafael Carvajal nació en Los Santos de Maimona, pero desde que se licenció en Educación Física y tras un breve paso por Zafra, ha desarrollado su carrera en el IES Carolina Coronado. Manuel Leyguarda nació en Calzadilla de los Barros, pero desde 1999 se hizo hueco en el IES Santiago Apóstol. Solo Guadalupe Esperilla es de Almendralejo. Eslabones de la cadena de la enseñanza que se marchan de las aulas, pero cuyo legado habrá quedado en muchos.