Un estudio encargado por la Asociación de Empresas Vinícolas de Extremadura (Asevex) demuestra que las emisiones atmosféricas derivadas del funcionamiento de bodegas y almazaras en diez municipios de la región no causan daños al medio ambiente.Según recoge la agencia Europa Press, el objetivo del estudio se centra en conocer las incidencias de estas industrias en el medio natural y, así, establecer un plan de mejoras. Entre las conclusiones, cabe señalar que "las emisiones atmosféricas derivadas del funcionamiento de estas industrias no suponen daños al medio ambiente", ya que, según la Red Extremeña de Investigación y Protección de la Calidad del Aire (REPICA), la calidad atmosférica de la zona de estudio puede considerarse "óptima". Asimismo, la asociación informa que los residuos generados se llevan a alcoholeras y plantas de extracción de orujo, donde se gestionan según lo recogido en la normativa.Por otro lado, los valores analíticos de las muestras de aguas residuales recogidas en bodegas cumplen con la normativa vigente, a excepción de su contenido en materia orgánica, lo cual es "lógico al originarse a partir de productos vivos como son la uva y el vino". No obstante, estos residuos son "fácilmente degradados" por los propios microorganismos que existen en la naturaleza, por lo que se trata de una contaminación "no acumulativa ni persistente en el tiempo". Desde la asociación se señala que "los mayores problemas surgen de aquellas industrias cuya agua de entrada procede de pozo, de los residuos de los productos para la limpieza de las instalaciones y en las que no tienen implantado un sistema de gestión medioambiental". En cuanto a las almazaras, el estudio apunta que "el alpechín está dejando de ser un problema, ya que la mayoría tiene un sistema de dos fases o ecológico, que no genera alpechín, generando otro residuo, denominado alpeorujo, que podría utilizarse para generación de energía".PrevenciónA pesar de las conclusiones del estudio, la Asociación de Empresas Vinícolas de Extremadura pone en marcha un plan de prevención de riesgos ambientales, así como una serie de medidas correctoras para ser aplicadas durante los procesos de elaboración del vino y el aceite, además de varias propuestas que permitirán mejorar el comportamiento medioambiental de bodegas y almazaras, para optimizar y mejorar los procesos. El estudio ha sido aprobado en concurrencia competitiva nacional y será financiado en un 58,04 por ciento por la Fundación Biodiversidad, con un presupuesto total para el proyecto de 70.644 euros. La Fundación Biodiversidad es una organización de naturaleza fundacional y sin ánimo de lucro, cuya actividad se desarrolla en el ámbito de la conservación, estudio y uso sostenible de la biodiversidad además de realizar otros proyectos de cooperación internacional.