Todos hemos tenido la oportunidad de mejorar a nuestros padres, desde todos los puntos de vista, ya que hemos tenido algo, que no todos nuestros mayores pudieron tener: una formación mejor que la que ellos pudieron conseguir; con una simple regla de probabilidad, nosotros tuvimos acceso a una formación a la que nuestros mayores simplemente no pudieron acceder, porque entonces no existía. Cierto que ha habido multitud de inconvenientes y de errores, pero Dios nos libre de dejar de ver esos y muchos más errores, porque será señal de que hemos pasado a otro tipo de existencia. Son muchos los aspectos que podríamos analizar, pero quizás, por falta de espacio sea suficiente el mirar a este de la formación. Las generaciones anteriores a ésta, si no de forma automática, sí al menos con una gran probabilidad, bastaba conseguir una mejor formación que nuestros mayores para que, casi siempre antes que tarde, consiguiéramos un bienestar, una estabilidad, y un futuro si no asegurado (porque nunca lo ha estado para casi nadie) sí al menos entusiasmado y esperanzado.

Viendo los disturbios de Grecia, y las réplicas que un gran número de ciudades europeas vemos, queramos o no, no sólo la justificada protesta por un exceso policial, sino también la desesperanza de una generación que, lejos de tener las cosas claras, no ve futuro a sus vidas, ni siquiera los que ya han hecho sus deberes y se han formado y acabado sus carreras y sus currículos formativos. Mientras, todos los demás quietos y en silencio. www.ajescribe.blogspot.com.