Gloria Horrillo (La Coronada, 1974) lleva algo más de 13 años viviendo en Almendralejo. Fue aquí donde esta mediadora y psicóloga fundó su empresa, Mediarex, un centro de gestión y mediación de conflictos y psicología. Es una apasionada de la formación continua y trabaja especialmente la educación en entornos educativos, algo que le encanta. Ver cómo manejan las herramientas de comunicación los más pequeños es uno de sus debilidades. También lo es la empresa y, por eso, ha aceptado desde hace poco más de un mes el cargo de vicepresidenta de la coordinadora empresarial de Almendralejo (Ceal).

¿Qué supone para usted este nombramiento en Ceal?

Para mí es un reto y una responsabilidad poner a mis espaldas la opción de hacer cosas nuevas y tratar de explotar mis puntos fuertes al servicio de la empresa en Almendralejo.

¿Qué puede aportarle al mundo de la empresa local desde su posición?

Fundamentalmente, mi visión como psicóloga y mediadora. Desde hace muchos años estoy muy pendiente del mundo de la formación. Me declaro consumidora compulsiva de formación. Hemos de estar en continua formación porque eso nos mantiene activos y continuamente actualizados. Hay que tener en cuenta que las necesidades formativas de las empresas son muy variopintas, pero hay que estar al día porque los cambios se producen muy rápidos. Uno no puede quedarse en lo que aprendió en la carrera. Cada vez que lees un artículo o haces un curso nuevo, la mente se abre a cosas nuevas.

¿Qué retos se ha propuesto a nivel personal?

Pues durante la pandemia le he dado muchas vueltas al tema de la Agenda 2030 y a la responsabilidad social. Debemos ser consecuentes con el mundo en el que vivimos y extrapolar eso a la empresa. Es algo que le trasladé a Ángel Barrera y está teniendo una buena acogida. Afortunadamente, hay ya muchas empresas que trabajan el concepto de responsabilidad social.

¿Cómo trabajáis en Ceal en estos tiempos tan difíciles

Recogiendo muchas demandas de nuestros asociados. Desde hace años trabajamos con comités. Diversificamos la directiva y así trabajamos con especialistas en cada sector. Ahora estamos muy focalizados en el impulso del comercio local. O le damos vida o el comercio online se lo come. Hay que fomentar actividades que lo mantengan vivo.

¿Qué supone para usted este nombramiento en Ceal?

Para mí es un reto y una responsabilidad poner ante esta pandemia han reclamadon mucha formación para hacer comercio online, por ejemplo. Hay mucho comercio pequeño tradicional en Almendralejo y no es fácil adaptarse a los nuevos tiempos. Cómo poner en venta los productos online no es algo fácil para todo el mundo. En este sentido, hemos tenido mucho apoyo de la Cámara de Comercio y de sus plataformas. También hay que indicar que, en este tiempo de pandemia, las empresas de Almendralejo han dado una lección tremenda de solidaridad. A medida que se iba necesitando materiales para luchar contra el covid-19, las empresas estaban siempre ahí para aportarlos. También los agricultores, como ya los hemos podido ver.

Nos adentramos en nuevos tiempos y las empresas tienen que moverse rápido. ¿Qué recomendaciones haría a un empresario o autónomo de la ciudad?

Fundamentalmente, estar muy alerta. Estar formados hoy día pasa por leer la actualidad, estar informados de lo que ocurre en el mundo y saber qué se está demandando para actuar. La formación es básica tanto para los puestos directivos como para la gestión de los recursos humanos. Ahora es básico crear planes de igualdad dentro de las empresas, mejorar las medidas de conciliación laboral y familiar o fomentar el teletrabajo en aquellos empleos en los que sea posible, que la pandemia nos ha demostrado que los hay. Yo recomiendo a las empresas que inviertan en medidas que deriven en la motivación del personal. Es algo que todavía nos cuesta, pero la eficacia en el rendimiento de los trabajos no sólo está en las horas que se le dedica, sino en la capacidad de motivar a los que hacen ese trabajo. Es una manera de hacerles crecer y que se sientan más importantes en las empresas. Un personal formado y motivado siempre te va a rendir mucho más. También hay que buscar la responsabilidad social de la empresa. Y eso no es ser solidarios simplemente, sino ahondar en nuevas formas de producir para dar un consumo más comprometido con la sociedad.

Ha hablado antes del comercio, pero también la restauración y el turismo lo están pasando mal.

Hemos estado muy pendientes también de estos dos sectores desde Ceal. Hemos ayudado a los restaurantes y bares a adaptarse a los tiempos con las cartas digitales o una ayuda en temas informáticos para la digitalización. Parece que, poco a poco, se van salvando los muebles en la restauración con el tema de las terrazas, pero estamos muy pendientes de la evolución de la pandemia. Este sector ha sufrido mucho y otro confinamiento sería un desastre absoluto.

Desde su punto de vista como psicóloga, ¿aventura una sociedad moralmente golpeada por la crisis?

No lo pienso así. Creo que parar nos ha venido bien a todos en algún aspecto. Quizá nos haya generado cierta ansiedad ante una situación de incertidumbre que no sabíamos manejar. Y, claro está, la incertidumbre genera estrés. Pero el detenernos un tiempo también nos ha hecho reflexionar sobre qué es lo importante en la vida a nivel personal. Y eso también ha llegado al mundo de la empresa. Estoy segura de que, si sabemos interpretarlo, el parón podemos transformarlo en algo positivo. La memoria es frágil y estas cosas nos vienen bien. Nos hemos sensibilizado mucho con la gente y hemos sabido mirar alrededor, y no sólo a nuestro ombligo. Todos no lo han sufrido de igual manera y eso nos ha hecho solidarios. También la pandemia nos ha hecho vulnerables y nos abre los ojos para aprender a darle más calidad a nuestras propias vida.

¿Qué consejo le enviaría al ciudano de a pie desde su óptica profesional?

Dejemos el miedo a un lado y, sobre todo, vivamos el presente. Ahora hay mucha gente preocupada en saber qué pasará en septiembre. Creo que esta pandemia nos ha hecho reflexionar y aprender que vivamos el presente de manera más intensa y que no suframos antes de la cuenta por el futuro y por el qué pasará. Sufrir ahora por lo que pueda venir mana no tiene sentido. Nos va a generar más ansiedad y, desde luego, ni para el ciudadano ni para las empresas, eso sería productivo.