Aunque tradicionalmente siempre hemos focalizado al vino como motor de la economía en Tierra de Barros, es posible que tenga también otra vertiente más familiar y sirva para fortalecer las relaciones entre pueblos de distinta geografía. Así ha ocurrido durante el 16º Salón del Vino y la Aceituna (Iberovinac), que ha sido aprovechado para que Almendralejo estreche relaciones con ciudades que se han cruzado en su camino y que pueden ser importantes para su futuro.
Una agradable visita ha llegado desde Italia, donde una expedición de la localidad de Ceprano ha venido hasta el Salón del Vino para exhibir sus productos y tener una toma de contacto con el que está previsto que sea su pueblo hermano. Las relaciones entre ambas localidades se han fortalecido en muy poco tiempo y está previsto que en julio de 2017 el hermanamiento sea oficial en un acto que presidirán las autoridades europeas en Italia.
Almendralejo y Ceprano tienen bastantes cosas en común, entre ellas el vino. En ambas el suelo y la climatología se unen para dar una tierra espléndida para cultivar viñedos. Los que visitaron el stand de Ceprano durante Iberovinac pudieron probar sus caldos y sus aceites, uno de ellos totalmente ecológico. La comitiva italiana también presentó un queso de vaca y una especie de salchichón picante que gustó y mucho a los que lo probaron.
Su alcalde, Marco Galli, estuvo presente durante los tres días de la feria y tildó de «fantástica» este certamen de Almendralejo. Ceprano se siente feliz con la decisión de haber elegido a Almendralejo como futuro mumunicipio hermanado: «Es una ciudad preciosa y con gente abierta y amable. Esa mentalidad abierta y emprendedora nos hace similares y ha sido un motivo importante en la elección», dijo a este diario. A Ceprano también le une con Almendralejo la presencia de yacimientos arqueológicos, ya que sus orígenes están en una ciudad que fue destruida y que ahora están desenterrándola a través de excavaciones. Y además, su patrón también es San Roque. Otra coincidencia más.
Ya son hermanos oficiales desde hace tiempo Almendralejo y A Rúa. Representantes de la localidad orensana no quisieron perderse un año más Iberovinac y estuvieron presentes encabezados por su primer teniente de alcalde, Luis Fernández Gudiña. Hasta once bodegas bajo la denominación de origen de Valdeorras se dieron cita en el Salón, siendo partícipes de las misiones comerciales y dando a conocer sus productos, entre ellos la bica amanteigada, un delicioso dulce tradicional de A Rúa.
«Es un placer venir aquí cada año. El vino es uno de nuestros motores y esto es un escaparate. Ya exportamos al exterior en torno a un 10% de nuestra producción», señala. Los representantes de A Rúa también tuvieron la oportunidad de entablar contactos con los múltiples municipios portugueses que participaron en Iberovinac. «Para nosotros también es oportunidad excelente de tener contacto con estas ciudades. Algunas nos han propuesto participar en sus ferias.
El vecino Portugal
El Salón del Vino también ha mostrado su lado más ibérico con la presencia de más de una decena de bodegas del vecino país de Portugal, con el que no existe aún ningún hermanamiento, pero sí unas relaciones muy amistosas dada la cercanía de la tierra y los acuerdos de colaboración que están realizándose en distintos sectores como el enoturismo o el emprendimiento.
Los vinos de Setúbal, Reguengos de Mosaraz o Beja pudieron verse por los expositores en los distintos pasillos del Palacio del Vino, con muchos interesados.
La feria ha contado además con varias catas orientadas a estos caldos. El sumiller y consultor de vinos de Setúbal, Gonzalo Duarte Lopes pudo ofrecer en la jornada inaugural una de las tendencias actuales que existen de vinos en Portugal. Además, el catador y sumiller, Juanjo Asenjo, ofreció otra cata más de vinos de la Raya.
El vino y en concreto el Iberovinac ha servido también para que otras personas sintieran a la ciudad de Almendralejo más cerca. Es el caso de Jesús Flores, enólogo natural de Puebla de Sancho Pérez que recibió el premio Musa de la Vendimia 2016 que entrega la Cámara de Comercio por la difusión y promoción que realiza de los vinos extremeños a niveles nacional e internacional. Jesús narra a modo de anécdota que su pasión por la enología nació de su coincidencia con Aniceto Mesías y que le debe gran parte de su trayectoria a esta ciudad. H
