A partir del próximo año, el centro sanitario El Pilar será gestionado por los hermanos San Juan de Dios, según anunció ayer el alcalde y también presidente del patronato, José María Ramírez Morán, en su tradicional balance del año.

Tras varios meses de gestiones entre el patronato que rige El Pilar y esta institución, que se había interesado en asumirlo, finalmente se ha llegado a un acuerdo que entrará a vigor el próximo año. Ramírez señaló que este hecho va a provocar que no tenga que desaparecer la institución sino que "va a crecer de la mano de este orden que es experta en el cuidado de mayores, paliativos y asistidos". Aunque el alcalde no quiso adelantar más sobre el acuerdo hasta el 2010, sí comentó que se trata de una buena noticia ya que permitirá que El Pilar no cierre y pueda mantener prestando servicio.

PROBLEMAS ECONOMICOS Desde hace varios años la fundación que lo gestiona ha soportado problemas económicos que han dificultado su actividad y el pago de los salarios de los trabajadores. Desde entonces sus responsables han estado intentando encontrar una solución para que esta institución privada siga abierta y no se cierre.

Durante los dos últimos años se ha negocido con el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y con la consejera de Sanidad y Consumo, María Jesús Mejuto, para que la Administración regional contribuyese a buscar una solución. De hecho, gracias a una ayuda del Servicio Extremeño de Salud (SES) se hizo una auditoría con la que se llegó a la conclusión de que la fundación no iba bien porque tenía más gastos que ingresos, que percibe a través de ayudas de la Junta.

UNION DE SERVICIOS A través de la fundación se prestaban dos servicios, uno vinculado a la residencia de ancianos Nuestra Señora de las Mercedes, y el otro el hospitalario. El patronato se encargaba de ambas por separado al ser dos empresas distintas, pero para permitir su continuidad después de los resultados negativos de la auditoría, en febrero de este año se optó por unirlas en una misma firma bajo la dirección del mismo patronato y reducir así los gastos. Este proceso planteó un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) con los empleados de la residencia, que fueron despedidos, estuvieron un día en el paro y durante un mes recibieron su nómina a través del ayuntamiento que colaboró para minimizar el impacto de este ERE temporal.