Sobre la una de la tarde de ayer efectivos de la policía local y funcionarios de la comisaría de la Policía Nacional procedieron al desalojo de dos asentamientos ilegales que había en la travesía de la N-630, uno en el local del antiguo restaurante Los Pozuelos y otro, a pocos metros, en una nave detrás de la empresa Electrofil, en los que habitaban unas 70 personas.

Según confirmó el jefe de la policía local, Antonio Ramírez, estas personas llevaban viviendo en estos inmuebles de forma ilegal desde hace varios meses pero hasta que no se ha producido la denuncia de los propietarios de los locales los agentes de la policía no han podido intervenir. Una vez interpuesta la denuncia, que se acoge a la ordenanza municipal que prohíbe las acampadas dentro del término municipal, y tras dar un plazo de tiempo para el desalojo voluntario se procedió ayer a desmantelar los asentamientos para lo que fue necesario llevar una máquina y varios camiones del ayuntamiento, ya que, según Ramírez, las personas que vivían allí habían acumulado hasta tres camiones de basura. Fueron los operarios municipales los que tuvieron que limpiar el interior de los inmuebles, sacando desde colchones, televisiones, hasta mantas y todo tipo de basuras.

NO HABIA MENORES En ambos asentamientos no se ha detectado la presencia de menores por lo que no ha sido necesaria la intervención de los técnicos de los Servicios Sociales de Base.

Los propios desalojados de las viviendas se quedaron a ver cómo los trabajadores del ayuntamiento desocupaban lo que habían almacenado en los edificios e incluso se apuraban para sacar algunos enseres, como los colchones.