El 24 de junio de 1980 tomó la alternativa en la plaza de toros de Badajoz el torero más popular que ha tenido Almendralejo, Luis Reina, que recibió el galón de matador de toros de manos de Ángel Teruel. Más de 40 años hace de aquello y la peña taurina Luis Reina no ha querido dejar pasar por alto esta efeméride a pesar de la pandemia. Por ello, está a punto de presentar un libro que recordará estas cuatro décadas del diestro almendralejense a través de una serie de artículos escritos por personalidades muy conocidas del mundo del toro. Desde ganaderos, compañeros de profesión hasta aficionados han escrito de su puño y letra una serie de artículos que recuerdan el legado de Luis Reina en el mundo taurino, cómo ha sido su trayectoria y los momentos compartidos con él dentro y fuera del ruedo.

«El libró está a punto de ver la luz. Consideramos que había que sacarlo por todo lo que Luis Reina ha dado a la tauromaquia tanto en sus tiempos como torero como ahora de docente en la Escuela de la Diputación de Badajoz. Hemos recopilado muchos documentos, artículos y algunas fotografías inéditas que verán la luz por primera vez», explica Manuel Sánchez, presidente de la peña que lleva el nombre del torero.

El libro ha sido autoeditado por la peña y se sacará una edición limitada sólo para socios y afines a la peña. No obstante, no descartan sacar más ediciones para una venta al público más generalizada.

Lo que no está claro es sí podrán presentarlo al público o no, ya que las circunstancias sanitarias de la pandemia de momento lo impiden. Por ese motivo también han quedado suspendidas las jornadas culturales y taurinas Curro Echevarría que cada año organiza la peña Luis Reina con ponentes y conferenciantes de gran prestigio en el mundo del toro. «Sabemos la cantidad de gente que albergan esas jornadas y muchos que vienen de fuera para participar. No nos parecía algo responsable hacerlas tal y cómo está la situación», explica Sánchez.

La peña ha bajado notablemente su actividad y, de momento, mantiene cerrado el centro cultural taurino que recién inauguró el año pasado en la zona de El Espolón. «Ha sido una pena porque nosotros tenemos acostumbrados a nuestros socios a realizar muchas actividades y a ir continuamente al campo a ver al toro en su hábitat», dice Manuel. Aún así, están muy contentos de haber superado ya los 300 socios en la peña, muchos de ellos de fuera de la región y alguno de Estados Unidos.