En toda España, apenas hay unas 60 personas que pueden presumir de ser consideradas académicamente como Maestros de la fotografía. Pues bien, en Almendralejo, hay uno: Alberto del Castillo. Miembro de BNI Desafío y gerente de Miró Fotógrafos, este almendralejense lleva 31 años dedicándose a la fotografía como profesional y tiene el título antes citado. Él es un eslabón que procede de seis generaciones de fotógrafos. «Desde pequeño me iba con mi abuelo a hacer fotos y luego nos metíamos en esos estudios de antes con olor a químico. Cómo ha cambiado todo», reconoce este enamorado de la fotografía.

Lo suyo no es solo profesión y vocación, sino pasión. Alberto mima y cuida cada uno de los detalles antes de apretar el gatillo de su máquina. «Lo importante de una fotografía es que comunique bien. Hay que tener en cuenta la composición, la luz y el momento, pero, sobre todo, el mensaje». Es experto en su profesión y ha llegado a ser juez nacional en concursos de fotografía. Hasta ha examinado a profesionales para que puedan ser maestros como él.

No solo domina la imagen, sino la historia y cultura de una buena fotografía. «Si me pides la clave, te diré que la luz. La herramienta de un fotógrafo no es la cámara, sino la luz. Todo lo demás es talento para verla, sensibilidad para trabajarla y esfuerzo para capturarla».

Perfeccionista

Si hay un término que define a Alberto del Castillo es la perfección. «Vivimos en la sociedad de la imagen y ahora una buena fotografía puede llegar a ser muy rentable». Por eso, Alberto trata de convencer a las empresas de la importancia de promocionar los negocios con una sesión de fotografía de calidad. «Puedo llegar a entender que una familia, para una comunión, no pueda hacer un esfuerzo en sesiones profesionales. Pero lo de una empresa es casi obligatorio. Las imágenes mediocres proyectadas por una empresa pueden restarle mucho prestigio y credibilidad».

Dentro de su trayectoria, Alberto ostenta reconocimientos como el Premio a la Calidad Fotográfica, el título de Juez Español para la copa mundial de fotografía, el certificado de excelencia fotográfica o el QEP Wedding, un premio otorgado por la Federación Europea de Fotógrafos.

Las bodas, evidentemente, es otro de los puntos fuertes de este maestro que exige tratar especialmente bien estos eventos. «Los novios se dejan mucho dinero y requieren de un trabajo muy profesional. Son importantes los retratos, la calidad de la imagen y los momentos decisivos. Tienes que conseguir imágenes que siempre apetezcan tenerlas en casa y que adquieran valor con el paso del tiempo», subraya.

Porque como asegura Alberto del Castillo, la fotografía impresa todavía sobrevive «y al final serán los recuerdos que nos queden para siempre».