Es un almendralejense que lleva muchos años lejos de su tierra, pero un verdadero amante de sus orígenes. Eso y su exitosa trayectoria profesional como director artístico de televisión y teatro le han valido recientemente el honor de ser galardonado con el Premio Almendralejo, Ciudad del Cava. A Marce Pacheco, titulado en Diseño Gráfico por la Escuela de Comunicación Gráfica de Madrid y en Decoración por la Escuela de Artes Aplicadas de Mérida, no se le conoce mediáticamente porque su labor se desmenuza entre las bambalinas detrás de las cámaras. El crea el espacio y la imagen para que los demás brillen. Se fue en la década de los 90 a Madrid y, desde entonces, por su sala de máquinas han pasado series como La señora , Amar en tiempos revueltos o Tierra de Lobos ; programas de entretenimiento como Allá Tú o Factor X ; conocidos montajes del Festival de Teatro de Mérida y multitud de proyectos con las grandes cadenas televisivas del país. Ha sido galardonado con muchos premios nacionales, pero a sus 46 años, éste le ha hecho especial ilusión.

--¿Le ha dado mucha felicidad este galardón?

--Que me lo dé Almendralejo, que es mi casa, tiene un valor sentimental y emocional muy alto. No es igual que otros premios, aunque sean nacionales. Ser el primer embajador del cava, no productor, es para estar orgulloso.

--Su trayectoria es importante. ¿Imaginó llegar tan lejos?

--Si te soy sincero, aún no sé donde he llegado. Ahora mismo estoy en un proyecto muy potente. Sería absurdo decir que no tengo una trayectoria, pero es por la naturaleza de la edad y el hecho de estar en el mercado. Es cierto que nunca me esperé trabajar tanto para la tele, el medio donde realmente he definido mi carrera.

--¿Cómo definiría su trabajo?

--Mi misión consta en definir los parámetros en donde se va a mover la imagen y la estética del proyecto televisivo, ya sea una serie o programa, o un montaje teatral. Una vez decidida esa horquilla visual, también montamos la escenografía y colaboramos en apartados claves como vestuario e iluminación. Tenemos que cuidar la imagen de los demás por encima de la nuestra. Es fundamental trabajar muy cerca del director.

--¿Es difícil trabajar entre bambalinas con tantas estrellas?

--A mí es lo que más me gusta. Me explico. Una vez que soy yo el entrevistado, como ahora mismo, no me siento cómodo. Pero cuando estoy entre bambalinas, disfruto. Las estrellas también forman parte de un equipo. Con los actores pasamos muchas horas de trabajo y se genera un vínculo de compañeros que suele desprender positividad. Los actores suelen contar con situaciones de inseguridad y necesitan el respaldo de los demás, pero siempre son más compañeros que estrellas.

--Concha Rodríguez, una buena amiga suya, decía que el teatro no es una profesión, sino una forma de vida. ¿Le ocurre igual a usted con la televisión?

--Algo parecido. Esto es un trabajo vocacional, sin horarios, que además está marcado por un timing muy exigente. Siempre hay una cuenta atrás para rodar y las ideas tienen que fluir para ponerlas sobre el papel. Como dijo Picasso, que nos pille la inspiración trabajando porque si no...

--Representa ese ADN del almendralejense emprendedor. ¿Fue valiente en sus inicios?

--Con el paso del tiempo, y según me cuentan mis profesores, una de las virtudes que siempre han extraído de mí es que nunca he visto el peligro. Desde joven siempre he dado pasos para adelante. Nunca he tenido miedo a emprender algo nuevo y sí, he sido atrevido. Siempre hice lo que creí que tenía que hacer en ese momento.

--¿Para qué proyecto trabaja?

--Ahora estamos metidos de lleno en a catedral del mar , una serie de televisión basada en la novela de Ildelfonso Falcón cuya ficción se ubica en Barcelona y que trata la construcción de la iglesia de Santa María del Mar. Está ambientada en el siglo XIV y cuenta la historia de lo que supone esta construcción y una trama con los personajes que giran alrededor.

--¿Para cuando la veremos?

--Supongo que para finales de 2017 o inicios de 2018. Aún queda rodar, que por cierto, lo haremos en Barcelona, Aragón o Castilla-La Mancha, pero también rodaremos en Cáceres. Es una serie de ocho capítulos y un proyecto que me tiene entusiasmado. Tendrá una repercusión internacional.

--¿Qué retos tiene en el futuro?

--Me gustaría tener una producción cinematográfica, una película cuyo guion me atrayera. Y también llevar una coproducción internacional.

--¿Cómo piensa vender la imagen del cava de Almendralejo al exterior?

--De todas las maneras que pueda, desde darle presencia al cava en algún rodaje televisivo hasta captar a compañeros actores que den esa imagen. También a través de entrevistas de todos ellos. Yo hace tiempo que soy embajador del cava. Aquí en Madrid, en muchas comidas, siempre pedimos cava de Almendralejo y les habló a mis compañeros de su excelencia. Lo han probado muchos amigos nacionales e internacionales, y a todos les digo que lo promocionen en sus canales de comunicación y redes.