Desde el pasado mes, la asociación de mujeres Amiga 1931 desarrolla un novedoso programa que busca fomentar el desarrollo de las emociones y la integración en la sociedad de aquellas mujeres que tienen su vida prácticamente dedicada a los demás, ya sea por el cuidado de una persona mayor o a familiares dependientes en sus casas. Son muchos los casos de mujeres que no pueden sacar tiempo para dedicarlo a sí mismas y este hecho les lleva a una situación de depresión psicológica en lo personal que afecta negativamente a sus vidas.

Amiga 1931 quiere que también aprendan a relacionarse y divertirse con el entorno que le rodea y, para ello, se apoya en técnicas de teatro. A través de diez talleres impartidos por profesionales del grupo Samarkanda, estas mujeres desarrollan su carácter más afectivo. Las clases se imparten los martes en el centro de día de Cruz Roja y actualmente son 20 las participantes. El programa también contemplaba la asistencia de hombres, «ya que la figura de los cuidadores no puede discriminarse por razones de sexo», apunta Esperanza Lozano, presidenta de Amiga 1931.

Madres de alumnos de Aprosuba o mujeres que tienen a sus padres en casa sacan un rato de su tiempo cada martes para vivir una experiencia que, como dice Esperanza, «les da la vida». H