Acogidos al Programa Comenius que promueve la cooperación entre centros educativos europeos, el Conservatorio de la ciudad, junto a otro de Hungría y una academia de música portuguesa, celebran esta semana un encuentro de profesores y alumnos para el intercambio y mutuo conocimiento de sus experiencias docentes y discentes. Un hermanamiento musical de beneficiosa influencia sobre la motivación y formación del alumnado, y que junto al proyecto educativo conjunto que se viene desarrollando con el conservatorio de Mérida a través de la creación de una orquesta sinfónica con alumnos de ambos centros (OSCAM), explican el porqué del reciente premio a las buenas prácticas educativas concedido recientemente a nuestro conservatorio por la Consejería de Educación.

Es de sobra conocido que la música es un lenguaje universal a través del cual personas de muy distinta procedencia y cultura pueden sintonizar sus corazones, pero esto es aún más cierto si lo circunscribimos al territorio de lo que es actualmente la Comunidad Europea, en el que sobre las particulares músicas folclóricas de cada país se ha venido componiendo desde el Renacimiento una música culta profana de técnica y estética común que es la que mayoritariamente se estudia en las instituciones de enseñanza musical. Por eso cuando nuestros alumnos, junto a los de Hungría y Portugal, se suban este sábado al escenario para interpretar conjuntamente obras de compositores europeos o del mundo occidental, responderán sin dificultad a la batuta del director con una misma sensibilidad artística musical que no podrá resultar extraña al auditorio.