TLtleno absoluto en el Teatro Carolina Coronado el pasado sábado para disfrutar de la célebre zarzuela "Agua, Azucarillos y Aguardiente", del maestro Federico Chueca; una obra del genérico chico, que sólo lo es por sus dimensiones, pues son las zarzuelas de un único acto las que reciben esa denominación.

A poco de levantarse el telón, intentamos imaginarnos aquel Almendralejo de finales del siglo diecinueve, cuando -según fehaciente constancia documental- con escasa tramoya y un maestro repetidor al piano se ponían en escena muchas obras similares en el antiguo Teatro Espronceda, ubicado en la esquina que hoy ocupa el colegio Ortega y Gasset. Entonces, gran parte de las representaciones estaban a cargo de Compañías profesionales procedentes de Madrid o Sevilla, que, a veces, permanecían en nuestra ciudad por temporadas; pero también hubo algunas en las que participaron aficionados locales. Ese recuerdo da a la reciente representación un especial significado, dado que en ella los papeles principales estuvieron a cargo de cuatro jóvenes almendralejenses: las hermanas María del Pilar y Eva Alén, José María Galavís y Javier Gómez. Para ellos (muy ligados a nuestro Conservatorio), una felicitación particularmente cálida y cariñosa, sin olvidar nuestro reconocimiento al excelente trabajo de la directora, Marta García, del pianista, Javier Alvarez, y de los demás intervinientes en la obra. Y no queremos desaprovechar la ocasión para hacer especial mención de la joven promesa del "Bel canto" en que se está convirtiendo Eva Alén, quien tras actuar recientemente en el Teatro de la Maestranza de Sevilla se dispone a realizar unas pruebas en el Liceo barcelonés.