TEtl historiador Thomas E. Woods publicó hace un año ´Cómo la Iglesia construyó la civilización occidental´.En él sintetiza las principales aportaciones que la Iglesia hizo a la Humanidad en los ambientes social y humano. Entre otras, destaca que rescató de la incuria y del olvido el legado de la antigüedad, acogió lo mejor de la cultura de los bárbaros, creó una red de escuelas con proyección universal, inventó e implantó las universidades, fomentó el progreso científico para superar las supersticiones paganas, introdujo la idea de que el poder debe ser siempre limitado y nunca absoluto, recuperó el Derecho Romano y humanizó el Germánico, dio origen a la moderna doctrina de los derechos humanos, introdujo el concepto de que el delincuente puede redimirse apareciendo así la reinserción social. Creó una red de hospitales, semilla de la futura sanidad pública. Sus monasterios fueron cuna de la "formación profesional" en culinaria, medicina, farmacia, enología, bordados... elevando el nivel cultural y social de los lugareños. Después de la aparición del libro, preguntado por qué algunos intelectuales europeos silencian estos hechos, Woods respondía: "quizá porque la moral católica les reprocha sus estilos de vida". Hoy parece ser que la Iglesia se ha convertido casi en la única institución encargada, en boca del cardenal Cañizares, de defender el orden natural que, como bien común, pertenece a todas las personas, sean católicas o no. Mientras tanto, sus seculares enemigos proceden al intento de derrumbar todo orden, sea éste de raíz sobrenatural o natural. ¿Lo conseguirán?