TNtos acabarán volviendo locos como le ocurriera a Juana I de Castilla a la muerte de su esposo Felipe I El Hermoso . Qué ocurrencia. En la Unión Europea tiene pergeñada una Directiva para imponer un impuesto a cada vaca por contribuir negativamente con sus pedos al aumento de gases nocivos de efecto invernadero. Si nos empeñamos en abolir la fiesta de los toros y a las pobres vacas no las dejamos expeler sus ventosidades anales, estaremos contribuyendo al ostracismo de algo tan nuestro: los cuernos. Y una vida sin pitones, es tan aburrida, tan plana, tan sin sobresaltos que nos podría sumir en la más profunda de las depresiones. Nos encomendaremos a la Inmaculada , si nos la dejan tranquila y donde deba de estar. Que el siguiente paso, -mientras afloren personas ocurrentes -, será el de intentar cambiar de nombre nuestras fiestas patronales de agosto; la romería del carrerito carrero ; arrebatarle la vara de mando como Alcaldesa perpetua a nuestra intocable virgen; sustituir nombres de colegios e institutos públicos, AMPAS, calles y barriadas. Mientras, siendo España constitucionalmente tan laica, nuestra Ministra de Defensa, con dos ovarios bien puestos, el pasado 11-M firma y ordena su publicación en el BOE y en el BOD una convocatoria pública para cubrir 10 plazas de sacerdotes católicos como capellanes del SARFAS (Servicio Asistencia Religiosa de las Fuerzas Armadas ). ¿Y por qué no asistencia religiosa para resto de ministerios y Cuerpos de la Administración del Estado? Lo laico es como el embarazo: se está o no se está, una mijita, no. Perico , nuestro Repulgo , diría aquello de: ¡Arre burro! .