El ayuntamiento pedirá ayuda a la Junta de Extremadura para proceder a la limpieza de las balsas de una antigua alcoholera que se encuentran en el camino El Molino y que están llenas de un líquido que pudiera ser contaminante para el terreno si llueve y rebosan. Está al lado de Vinibasa, otra antigua alcoholera.

En esta abandonada industria hay dos grandes depósitos subterráneos sin tapadera llenos de una sustancia semisólida de aspecto negruzco y maloliente; unos diez contenedores subterráneos construidos sin tapaderas también con otra sustancia parecida a la anterior y unas balsas a ras de la tierra que desprenden malos olores.

Ante esta situación y la denuncia de la Plataforma contra la Contaminación y vecinos de la zona, el ayuntamiento colocó unas vallas de seguridad para que no se accediera fácilmente, por si alguien se caía dentro e instó a la empresa que adecentará este espacio. Según el consistorio, la empresa ha presentado concurso de acreedores y el plazo para realizar esta mejora acaba el miércoles. Como prevé que no contestará porque la firma ya no existe, ya están preparando los informes para solicitar a la Junta ayuda para limpiar la zona y colocar unas vallas más seguras que impida el fácil acceso de las personas.

La concejala de Medio Ambiente, Beatriz Palomeque, explicó ayer que el ayuntamiento no puede hacer solo esta actuación porque debe aplicar un protocolo y las sustancias que hay en estos depósitos y balsas necesitan otro tipo de tratamiento. Además señaló que esta actuación se lleva a cabo por dos motivos: por seguridad y por una cuestión medioambiental.

También reconoció estar sorprendida por la nota de prensa de la Plataforma contra la Contaminación denunciando estos hechos y acusando al ayuntamiento de incapacidad para resolverlos. La sorpresa se explica porque, aseguró, había quedado con el presidente del colectivo esta semana para preparar entre ambas partes las solicitudes a la Junta con la intención de pedir la citada colaboración para limpiar esta antigua alcoholera.

La plataforma considera que la actitud del ayuntamiento es de "irresponsabilidad" porque aunque legalmente no es responsable si lo es moralmente.