María Escrivana fue una almendralejense que, al quedarse viuda, donó su patrimonio para la construcción de un convento en Almendralejo. Lo cedió a las religiosas franciscanas de la Concepción y el convento se edificó en la esquina de las calles Juan Carlos I y Reina Victoria en el siglo XVI. Allí permaneció hasta 1836, donde posteriormente se levantó un colegio, que hoy se denomina Ortega y Gasset. Según el presidente de la Asociación Histórica de Almendralejo, Francisco Zarandieta, aún se conserva una pieza del convento, la Virgen de la Inmaculada, que está en el colegio y ante la que se juró la primera Constitución de Cádiz de 1812. Desde el pasado viernes una placa en la fachada del centro recuerda a esta almendralejense. Fue el primer acto de las jornadas históricas de este año. Con estas son ya tres las placas descubiertas relacionadas con personajes ilustres de la ciudad.