La colaboración ciudadana evitó el martes por la noche que los "amigos de lo ajeno" se salieran, esta vez, con la suya. Esto fue posible porque sobre las tres de la madrugada del martes al miércoles, un residente de la calle Arturo Suárez Bárcenas, escuchó unos ruidos que no eran habituales a esas horas y que procedían del bar La Cañería, por lo que llamó a la policía local. Inmediatamente se personó una patrulla, que comprobó que en el interior del establecimiento había dos hombres tratando de forzar las máquinas de tabaco y las tragaperras.

Los presuntos ladrones, dos varones de nacionalidad rumana, fueron pillados in fraganti por la policía, por lo que no tuvieron otra alternativa que entregarse. Según explicó ayer a LA CRONICA, Tomás Fernández, propietario del bar, "los ladrones accedieron al interior del local por un agujero que abrieron en el tejado". Lo que no pudo confirmar es cómo hicieron el agujero y cómo subieron hasta el tejado. Una vez dentro, procedieron a forzar la máquina expendedora de tabaco y las máquinas tragaperras, aunque, esta vez, no pudieron hacerse con el botín.

LA SEGURIDAD Fernández confirmó que el local no tiene sistema de alarma, pero sí una serie de medidas de seguridad, como una puerta blindada, lo que lleva a pensar al propietario de La Cañería que "posiblemente estas personas hayan estado en algún momento en el bar y por eso sabían que acceder por la puerta iba a ser complicado".

La policía científica estuvo ayer toda la mañana trabajando en el establecimiento, por lo que no pudo abrir hasta primera hora de la tarde.