Guadalupe Rodríguez, actual presidenta de Provida Almendralejo, ya había detectado hace diez años que en la ciudad había muchas jóvenes que se planteaban abortar ante la imposibilidad de contar recursos para criar y educar a sus bebés. Un grupo de voluntarios le propuso la idea de fundar entonces la asociación, «pero me lo tuve que pensar mucho. Hablé con Pilar Alfaro, de Provida Badajoz, y fue la que nos ayudó en todo». Provida cumplió el pasado mes de marzo diez años en la ciudad, una década en la que ha logrado el rescate de 70 bebés.

Guadalupe habla de un rescate cuando se encuentra con una situación de extrema urgencia en la que una joven quiere abortar porque no encuentra el camino para poder sacar adelante el nacimiento de su bebé. Entonces, Provida la acoge para ofrecerle asesoramiento y dotarle de todos los recursos necesarios. «Las acogemos prácticamente como si fuéramos madres y nos comprometemos a todo para que pueda sacar adelante su hijo», cuenta. Reconoce que el 99% de estas jóvenes se presentan en la asociación por tener una precaria situación económica o por presión social o familiar. «Hemos rescatado a 70 bebés en estos diez años, pero hemos abierto casi 350 expedientes para ayudar a familias que lo han necesitado», puntualiza.

La mayoría de familias atendidas han sido de Almendralejo y comarca, pero Guadalupe Rodríguez dice que han atendido también muchos casos de toda la región, de puntos como Don Benito, Zafra, Quintana de la Serena, Hornachos o Cáceres, por poner algunos ejemplos.

Provida Almendralejo atiende a una media de dos o tres familias por semana y, una vez al mes, entregan un kit de enseres con alimentos específicos, productos de higiene como pañales, pañuelos o toallitas, ropa y otros elementos. «No obstante, nosotros damos de todo: chupetes, tronas, cunas, cochecitos. Intentamos que no les falte de nada. Incluso ha habido madres embarazadas que han necesitado ayuda fuera de la cobertura de la Seguridad Social, como ayuda psicológica, y nosotros hemos hecho un esfuerzo por costear ese gasto».

Actalmente, cuenta con unos 170 socios que pagan anualmente una cuota simbólica de 20 euros anuales. Hay socios que por voluntad propia y para sufragar determinadas campañas deciden hacer más aportaciones.

La asociación también está abierta a donaciones como las que realiza el Banco de Alimentos y cuenta con una ayuda municipal a través de una subvención que está orientada a pagar el alquiler del local situado en la calle Luna.

Guadalupe Rodríguez remarca que hay unas 15 voluntarias activas, «pero somos todas muy mayores y buscamos un relevo generacional». Hay un grupo de jóvenes que trabaja para seguir dando cobertura, «pero no pueden dedicarle mucho tiempo porque la mayoría de ellos también tienen sus trabajos. Esta es una cuestión que nos preocupa».

De momento, Provida Almendralejo alcanza su décimo aniversario con cifras que jamás hubieran imaginado. El agradecimiento es tal que varias abuelas y madres que fueron ayudadas en su día, hoy son voluntarias.