Aunque tradicionalmente el significado de las Candelas simbolizaba la quema de los malos espíritus, ahora en tiempos más modernos, las pantarujas quemadas en esta fiesta de interés turístico regional suelen disfrazarse de los más rutinarios y antiguos problemas de nuestra sociedad. Con un objetivo claro: ser quemados para erradicarlos. Así lo mostraron un año más los alumnos de todos los centros educativos de Almendralejo, así como diversas asociaciones que mantienen viva esta tradición. La intolerancia, la guerra, el cambio climático, el despilfarro de agua, la violencia, la contaminación, el racismo, el machismo, la corrupción... Algunas de estas minipantarujas preguntaba incluso: ¿quién es el monstruo? En clara señal de que, hasta para los principales problemas, es difícil elegir el peor de todos.

Este año, muchas hogueras reivindicaron otro problema muy actual: el maltrato animal. Los últimos episodios sucedidos en Almendralejo con la quema de petardos o el envenenamiento de perros han sensibilizado a varios colectivos. Entre ellos el de Includes, que decidió quemar su candela por la mañana.

Por la noche, el cielo amenazó agua, pero hubo tregua para que los almendralejenses pudieran disfrutar de una noche que, tradicionalmente, han servido para unir a amigos y familiares en torno al fuego.