Alonso Arenas y su mujer Pilar Ferrato han regalado un manto a la Virgen de la Merced, y lo han hecho en cumplimiento de una promesa que él hizo hace diez años cuando su esposa estaba en enferma. Si se recuperaba, se comprometió, a donar a la Virgen un manto y un vestido nuevo, contó ayer.

Arenas eligió a la Virgen de la Merced por ser una de las más necesitadas en la ciudad: "en una de las visitas que hice a la sede de la Merced me dí cuenta de que era una cofradía muy joven, que carecía de muchas cosas, y, sobre todo, que el manto que tenía era mediocre", dijo.

Hace un año, inició el proceso y diseñaron el manto y el vestido, y también han regalado otros complementos.